jueves, diciembre 30, 2004

You Can't Always Get What You Want



Compuesta por Mick Jagger y Keith Richards
Interpretada por The Rolling Stones


I saw her today at a reception
A glass of wine in her hand
I knew she would meet her connection
At her feet was her footloose man

No, you can't always get what you want
You can't always get what you want
You can't always get what you want
And if you try sometime you find
You get what you need

I saw her today at the reception
A glass of wine in her hand
I knew she was gonna meet her connection
At her feet was her footloose man

You can't always get what you want
You can't always get what you want
You can't always get what you want
But if you try sometimes you might find
You get what you need

Oh yeah, hey hey hey, oh...

And I went down to the demonstration
To get my fair share of abuse
Singing, "We're gonna vent our frustration
If we don't we're gonna blow a 50-amp fuse"
Sing it to me now...

You can't always get what you want
You can't always get what you want
You can't always get what you want
But if you try sometimes well you just might find
You get what you need
Oh baby, yeah, yeah!

I went down to the Chelsea drugstore
To get your prescription filled
I was standing in line with Mr. Jimmy
And man, did he look pretty ill
We decided that we would have a soda
My favorite flavor, cherry red
I sung my song to Mr. Jimmy
Yeah, and he said one word to me, and that was "dead"
I said to him

You can't always get what you want, no!
You can't always get what you want (tell ya baby)
You can't always get what you want (no)
But if you try sometimes you just might find
You get what you need
Oh yes! Woo!

You get what you need--yeah, oh baby!
Oh yeah!

I saw her today at the reception
In her glass was a bleeding man
She was practiced at the art of deception
Well I could tell by her blood-stained hands

You can't always get what you want
You can't always get what you want
You can't always get what you want
But if you try sometimes you just might find
You just might find
You get what you need

You can't always get what you want (no, no baby)
You can't always get what you want
You can't always get what you want
But if you try sometimes you just might find
You just might find
You get what you need, ah yes...

miércoles, diciembre 29, 2004

Embriagaos



A propósito de un post del siempre lúcido Humphrey Bloggart (http://humphreybloggart.blogspot.com/2004/12/disertaciones-sobre-la-inocencia.html)
una selección finañera del infame Charles Baudelaire):

Embriagaos

Hay que estar siempre ebrio. Nada más; esta es toda la cuestión. Para no sentir el peso horrible del tiempo, que os quiebra la espalda y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin parar.

¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, como queráis. Pero embriagaos.

Y si alguna vez, en las escaleras de un palacio, en la verde hierba de una zanja, en la soledad sombría de vuestro cuarto, os despertáis, porque ha disminuido o ha desaparecido vuestra embriaguez, preguntad al viento, a las olas, a las estrellas, a los pájaros, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que gira, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es; y el viento, las olas, las estrellas, los pájaros, el reloj, os contestarán: "¡Es la hora de embriagarse!" Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, embriagaos; embriagaos sin cesar. De vino, de poesía o de virtud, como queráis.

El extranjero

-¿A quién quieres más, enigmático? Dime: ¿a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?
-No tengo padre, ni madre, ni hermana, ni hermano.
-¿A tus amigos?
-Utiliza usted una palabra cuyo sentido desconozco hasta ahora.
-¿A tu patria?
-Ignoro en qué latitud se encuentra.
-¿A la belleza?
-La amaría con gusto, diosa e inmortal.
-¿Al oro?
-Lo odio como usted odia a Dios.
-¿Pues qué amas entonces, raro extranjero?
-Amo las nubes... las nubes que pasan... allá arriba... allá arriba, ¡las maravillosas nubes!

El perro y el frasco

"Perrito mono, perrito bueno, perrito mío, ven aquí y aspira este excelente perfume que he comprado en la mejor perfumería de la ciudad."

Y el perro, moviendo el rabo, lo que, según tengo entendido, en estos pobres seres equivale a la risa y a la sonrisa, se acerca y pone, curioso, su húmedo hocico sobre el frasco destapado; luego retrocediendo de pronto asustado, empieza a ladrarme a modo de reproche.

-"¡Ay, miserable perro!; si te hubiera ofrecido un paquete de excrementos lo habrías olfateado con deleite y quizás devorado. En eso, indigno compañero de mi triste vida, te pareces al público a quien no hay que ofrecer nunca perfumes delicados que le exasperan, sino basuras cuidadosamente escogidas."

El albatros

En ocasiones, por divertirse,
los hombres de la tripulación capturan albatros,
grandes pájaros de los mares que persiguen,
como involuntarios compañeros de viaje,
al navío que atraviesa por amargos abismos.

En cuanto los sueltan sobre la cubierta,
estos reyes del cielo, torpes y avergonzados,
cuelgan lastimosamente sus enormes alas blancas
como remos pendiendo de sus costados.

¡Qué torpe y débil se observa el alado viajero!
Hace poco tan bello, ahora ¡qué cómico y qué feo!
Uno le provoca golpeando el pico con su pipa,
otro imita, tropezando, al volador en el suelo.

El Poeta semeja al príncipe de las nubes
que frecuenta la tempestad y se mofa del arquero;
condenado en el suelo por los abucheos,
sus alas de gigante le impiden caminar.

If God is a DJ



interpretada por Pink

(Bájatelo en mp3, por cortesía de Yousendit)

I've been the girl with her skirt pulled high
Been the outcast never running with mascara eyes
Now I see the world as a candy store
With a cigarette smile, saying things you can't ignore
Like mommy I love you
Daddy I hate you
Brother I need you
Lover, hey, "fuck you"
I can see everything here with my third eye
Like the blue in the sky

If God is a DJ
Life is a dance floor
Love is the rhythm
You are the music
If God is a DJ
Life is a dance floor
You get what you're given
It's all how you use it

I've been the girl - middle finger in the air
Unaffected by rumors, the truth: i don't care
So open your mouth and stick out your tounge
You might as well let go you can't take back what you've done
So find a new lifestyle
A reason to smile
Look for Nirvana
Under the strobe lights
Sequins and sex dreams
You whisper to me
there's no reason to cry

If God is a DJ
Life is a dance floor
Love is the rhythm
You are the music
If God is a DJ
Life is a dance floor
You get what you're given
It's all how you use it

You take what you get and you get what you give
I say don't run from yourself, man, that's no way to live
I've got a record in my bag you should give it a spin
Lift your hands in the air so that life can begin

If God is a DJ...If God...If God is a DJ
Get your ass on the dance floor now...

martes, diciembre 28, 2004

Ya lo pasado ¿pasado?

Vagando por ahí, gracias a un post de blog.com.mx (http://www.blog.com.mx/cgi-bin/mt/mt-tb.cgi/605), me encontré con este servicio: Mi Pasado (http://www.mipasado.com.mx), mediante el cual puedes rastrear a tus ex compañeros de escuela, desde el kinder hasta la universidad.

Y sí, están todas las escuelas a las que asistí, desde el kinder Jaime Nunó hasta la ENEP Aragón.

Hasta ahorita no he contactado a nadie conocido, pero la cosa es que este servicio se vaya conociendo y la gente se apunte.

A ver si tengo suerte y encuentro a Diana Georgina Quintana Manchinelli, la niña que siempre quise que fuera mi novia en la primaria y que me agarraba a patadas en las espinillas.

Terremoto en Asia alteró el eje de rotación de la Tierra

No es por asustarlos, pero independientemente, de la enorme, inédita, dolorosa tragedia de más de 50 mil víctimas de los maremotos en Asia, para los que aún quedamos en el planeta, la cosa no pinta nada bien.

Aunque los científicos dicen que una alteración de cinco centímetros no tendría consecuencias graves, la verdad es que no se sabe a ciencia cierta lo que podría suceder en cuanto a cambios climáticos, relacionados por ejemplo con los polos o la órbita lunar, pues cinco centrímetroos nos puede parecer poco, pero cuando se despeja a escalas siderales es un cambio sumamente significativo.

Yo, por lo menos, ya estoy hablando con mis acreedores para decirles que no les voy a pagar, si de cualquier forma las señales del inminente fin del mundo son cada vez más claras...

Develan causa y consecuencia del maremoto
 
Según científicos rusos e italianos, un cambio en la velocidad de rotación de la Tierra habría provocado la catástrofe en Asia, que posiblemente modificó la inclinación del eje terrestre

Un cambio en la velocidad de la rotación de la Tierra pudo ser la causa del terremoto y los maremotos que afectaron el domingo a siete países del sudeste asiático y que causaron cerca de 37.000 muertos.

Así lo revela hoy un estudio del Instituto de Física Terrestre de Moscú difundido por la agencia de noticias ANSA.

Aleksandre Ponomariov, vicedirector del Instituto de Física Terrestre de Moscú, manifestó que "un cambio de velocidad de la rotación terrestre puede ser la causa de los más recientes sismos".

El físico aseguró que no se prevé que se produzca otro terremoto de las características del que sacudió a los países asiáticos, aunque no descartó que puedan registrarse "pequeños remezones de asentamiento en las placas terrestres".

El terremoto, que tuvo su epicentro cerca de la isla de Sumatra, se reveló como uno de los cinco más peligrosos de los últimos 120 años, desde que se comenzó un control sistemático de la actividad sísmica, explicó.

En ese sentido, puntualizó que "el quiebre de la superficie terrestre alcanza casi 600 kilómetros".
 
Consecuencia geológica
 
Según indicó este martes la Agencia Espacial Italiana (AEI), el maremoto modificó la inclinación del eje de rotación de la Tierra.

"Los investigadores del Centro de Geodesia Espacial, ubicado en Matera, sur de Italia, que elaboran en tiempo real los datos mundiales telemétricos enviados por láser de los satélites, constaron que de las informaciones registradas resulta una modificación del eje de rotación de la tierra", sostiene en un comunicado la AEI.

Los científicos italianos calculan que la modificación fue de cerca 2 milésimos de segundo, lo que corresponde a unos 5 a 6 centímetros en línea recta, precisó la agencia italiana.

La modificación se verificó en la dirección del epicentro del terremoto y de los primeros análisis no se detecta algún efecto en la dirección del meridiano de Greenwich, explicaron fuentes del centro espacial.

"Son resultados registrados hacia el mediodía del martes", declaró Giuseppe Bianco, portavoz de la AEI.

"El análisis de los datos continúa rápidamente de manera que podamos obtener ulteriores confirmaciones a nuestras observaciones, aunque estamos casi seguros de la modificación", afirmó Bianco.

Los científicos italianos consideran que la variación es muy pequeña, "por lo que no tendrá repercusiones sobre el clima. Para que ello ocurra la modificación debería ser mayor", aclaró Bianco.

Galo Valdéz sobre lo indecible

El gran Fernando Galindo, mejor conocido en los bajos fondos literarios como Galo Valdéz, ya tiene su blog La corte de los leprosos (http://fernandogalindo.blogspot.com/), bastante recomendable, por cierto.

Allí incluyó un comentario, breve, sustancioso y generoso, sobre el adefesio de este tundeteclas.

Gracias, Galo, y felicidades por tu ingreso a la blogósfera. Tenemos pendientes unas chelas.

Apuntes de la taberna
por Fernando Galindo


Antología de lo indecible, Mención Honorífica en el Premio Nacional de Literatura "Efraín Huerta" 2001, del escritor mexicano Guillermo Vega Zaragoza, es un libro de cuentos sobre la imposibilidad de lo aleatorio y la frustración de lo inmediato. Sus personajes se mueven entre la tragedia de su destino forjado y su desidia por transformarlo. Los catorce cuentos que integran este libro son de una precisión y contundencia endemoniada que, además, fusionan el cine, la música y lo mejor de la tradición literaria norteamericana. Guillermo Vega Zaragoza es, por decir lo menos, uno de los cuentistas contemporáneos más antologados del país. Desde la trinchera de la academia y el periodismo ha venido desarrollando una obra que sorprende por su destreza en la edificación de historias pulcras trazadas desde perspectivas diferentes, cuyos ingredientes principales son el humor, la tensión y el develamiento irrevocable. Antología de lo indecible es, además de una muestra de ello, un relicario de perversiones e infortunios, narrados sin artificios de forma ágil, diáfana y sencilla, donde el lector encontrará desde un instructivo para fornicar con los ángeles, pasando por una mujer que tiene un encuentro casual con un paralítico, hasta un hombre que se masturba pensando en una morenaza mientras asfixia a su hijo recién nacido. Sin lugar a dudas, uno de los mejores libros de cuentos publicados este año, que los prosélitos de este estupendo escritor agradecerán.

Guillermo Vega Zaragoza, Antología de lo indecible, Plan C Editores.

lunes, diciembre 27, 2004

POESÍA, VERDAD Y VIDA

por Guillermo Vega Zaragoza

En su libro Las puertas de la percepción, el escritor inglés Aldous Huxley suscribe la teoría de que cada persona, en cada momento, es capaz de recordar cuanto le ha sucedido y de percibir cuanto está sucediendo en cualquier parte del universo. Sin embargo, el cerebro y el sistema nervioso funcionan como "válvulas" que discriminan ese cúmulo de información simultánea, aparentemente sin importancia, y seleccionan la que puede sernos prácticamente útiles para nuestra supervivencia cotidiana.

Para expresar este reducido repertorio de pensamientos, percepciones y sensaciones, el hombre ha creado sistemas de símbolos, conocidos como lenguajes, que en determinadas ocasiones sirven para expresarnos y comunicarnos con nuestros semejantes. La gran mayoría de las personas llegan a conocer, la mayor parte del tiempo, únicamente lo que pasa por esas "válvulas reductoras" del cerebro y del sistema nervioso, y eso es lo que están acostumbrados a nombrar.

Pero el lenguaje que se utiliza cotidianamente nos predispone a creer que le nombre de las cosas es la cosa misma, cuando la realidad es que el lenguaje cotidiano está tremendamente limitado para expresar toda la realidad del mundo. Las palabras, cuando se usan en su sentido ordinario, común, son la forma más inexacta de acercarse al mundo, a la realidad, de explicarla e interpretarla.

Por ejemplo, cuando digo "Tengo hambre", esta frase no significa lo mismo para otra persona que no sea yo. Es más, no significa nada. Porque la forma, la sensación del hambre de cada persona es única. Nadie siente igual nada y nadie percibe el mundo igual que otro. A lo más que se puede aspirar es a evocar mi sensación de hambre y el otro puede pensar: "Ah, debe sentir algo parecido a lo que para mí es el hambre". Sin embargo, sí es posible acercarnos más a la realidad. Podríamos decir: "Tengo hambre a la Memo" o "Tengo hambre a la Jorge", o mejor: "Tengo hambre como sólo yo puedo tenerla a las cuatro de la tarde de hoy?".

Sé que se podría objetar el hecho de que tratar de comunicarnos con tanta exactitud nos llevaría muchísimo tiempo, en vista de lo cual nos vemos en la necesidad de sacrificar la exactitud en aras de la brevedad del tiempo que disponemos para comunicarnos. De esta forma, es comprensible el hecho de que sea tan difícil la comunicación humana, sobre todo al momento de transmitir o intentar transmitir las emociones, que son a la vez lo más simple y lo más complejo del ser humano.

Para ampliar su capacidad de percepción, el hombre ha recurrido a lo largo de los siglos a los más diversos "atajos" para burlar la prisión del cerebro y el sistema nervioso. Estamos hablando de métodos tales como la hipnosis, las drogas, el alcohol, los hongos, el peyote o ciertos ejercicios espirituales, que aumentan transitoriamente la capacidad perceptiva. Sin embargo se da el caso de personas, como Jaime Sabines, que prefieren viejos alucinantes, más tradicionales y a veces hasta más peligrosos para la salud, como la soledad, el amor o la muerte.

No obstante, de vez en cuando, nacen ciertas personas con una especie de "válvula adicional" y, sin necesidad de drogas o sustancias adicionales, perciben algo más que el común de la gente. ¿Qué ven estas personas, cómo perciben la realidad? Desde luego, no perciben "todo cuanto está sucediendo en todas partes del universo", como planteaba Huxley, dado que es imposible suprimir totalmente la "válvula protectora", a riesgo de perder la razón. Perciben algo más, una visión diferente a lo que siente la mayoría de los seres humanos, pero cuidadosamente seleccionada y más completa de la realidad, sin ninguna utilidad práctica aparente, pero que está ahí, existe por sí misma, aunque "las personas normales" no la vean.

Algunas de estas personas que ven lo que los demás no ven no tienen la capacidad ni el talento ni la necesidad de transmitir o expresar esas experiencias a sus semejantes. Un visionario sin talento puede percibir una realidad interior tremenda, hermosa y significativa, pero carece totalmente de la capacidad de expresar, en forma simbólica, lo que ha visto.

O peor: aunque tenga esas virtudes, nunca encuentra el camino para expresarse, pues la misma sociedad aniquila sus inquietudes. Estas experiencias, que pudieran ser enriquecedoras para todos nosotros, se pierden inevitablemente para siempre, como diría el replicante Roy Batty, interpretado por Rutger Hauer, en la película Blade Runner, de Ridley Scott: "He visto cosas que ustedes ni se imaginan... Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia".

Aquellos que sí tienen la capacidad, el talento, pero sobre todo, la necesidad de transmitir esas experiencias en forma de palabras, trazos en un lienzo, notas musicales, símbolos, son los verdaderos artistas, los poetas, los pintores, los músicos. El carácter único del artista consiste en esta capacidad para expresar en palabras o, de manera algo menos lograda, en línea y color, alguna indicación, por lo menos, de una experiencia no extraordinariamente desusada, ha dicho Huxley.

Aquí nos encontramos con otro problema. Partamos del hecho de que, por mucho esfuerzo que haga el artista para plasmar e intentar compartir sus experiencias con los demás, nunca, nunca, podrá transmitir con toda la intensidad, los detalles y la trascendencia de lo que percibe, debido precisamente a que el lenguaje, como ya lo vimos, es limitado para transmitir eso que el artista percibe.

Pensemos en cualquiera de las pinturas de Vincent Van Gogh. Es casi seguro que sus famosos girasoles, sembradíos, noches estrelladas o sillas del cuarto del artista, se acerquen muy poco, casi nada, a los que verdaderamente percibió el atormentado pintor, y aún así podemos sentir la intensidad de su experiencia al admirar cualquiera de sus cuadros.

No obstante, los poetas no somos tan diferentes al resto de los mortales. Para decirlo en palabras de Jaime Sabines: "La única diferencia entre el poeta y el hombre común es que el poeta está más desnudo, tiene un poco menos de piel que el resto de los hombres".

Pero entonces ¿cuándo sabemos que estamos ante un verdadero artista, ante un verdadero poeta? Lo primero es reconocerse y asumirse como poeta. Este hecho implica una gran responsabilidad. Sabines afirmaba también que el poeta es el condenado a vivir, es el escribano a sueldo de la vida, a quien parece que le suceden las cosas por tener la obligación de escribirlas. Y el poeta sufre, ama, se angustia y se asombra de las cosas del mundo, porque su oficio es, simple y llanamente, vivir y escribir lo que vive.

Pero eso no es suficiente para que te consideren poeta. El maestro y también poeta Saúl Ibargoyen nos dijo en una ocasión que nadie puede llamarse poeta, aunque escriba cientos de poemas, si éstos se quedan guardados en la gaveta del escritorio. Poeta es aquel que escribe y los pone a consideración de su comunidad, que en realidad es la humanidad toda, pues la aspiración de todo escritor es que lo lea la mayor cantidad de personas, del presente y del futuro. Eres poeta no porque tú digas que lo eres sino porque los demás te reconocen como tal, y que cuando te vean en la calle digan: "Mira, allí va un poeta", de la misma forma que dirían: "Mira: allí va un delincuente o una puta o un santo".

Para el poeta, publicar un libro significa también quitarse un lastre de encima y por ello tiene que pagar un precio. Pues cada vez que alguien lee la obra de un poeta, éste se convierte en un ser ultrajado, fracturado, atropellado, constantemente violado en su obra, porque cada persona la interpreta de manera diferente y le dice cosas de manera distinta. Ante esto, al poeta sólo le queda agradecer que alguien esté dispuesto a invertir, gastar o perder unos minutos de su vida leyéndolo.

La poesía, la verdadera poesía, no admite ser interpretada, medida o explicada. Si tratas de explicarla ya la jodiste. La poesía es lo que es. Como lo señala el Pablo Neruda de la novela de Antonio Skármeta, cuando el cartero le pregunta qué quiso decir con eso de que "el olor de las peluquerías me hace llorar a gritos". No sé, le contesta Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, no encuentro otras palabras para explicar exactamente eso.

Paradójicamente a todo lo que hemos dicho con anterioridad, acerca de la limitación del lenguaje para comunicarnos, de todas las formas que el hombre tiene para acercarse o tratar de explicarse el mundo, la poesía es quizá la más exacta y precisa. La poesía es una ciencia exacta que no admite ser medida más que por ella misma. La poesía es la medida de la poesía, su única medida.

Explicar cómo es posible que un avión vuele, analizar los planos del avión, saber la medida de sus alas, no explica el acto de volar. Lo mismo sucede con la poesía. Se puede saber que un determinado verso es endecasílabo o que se trata de versos pareados o encadenados, lo cual puede ayudar a comprender mejor la poesía, pero no puede explicarla, siempre y cuando estemos hablando de verdadera poesía, lo cual es en sí misma una redundancia, ya que sólo existe una sola poesía, ni buena ni mala, sino verdadera. Poesía es verdad, lo que no significa que la verdad sea poética.

Pero así como poesía es verdad también poesía es mentira, en tanto la mentira es el complemento de la verdad. Así, poesía es el vértice de la unión de los opuestos. En tanto que cada vez que muestra la verdad se acerca cada vez a la mentira, entendida ésta como contraria a la verdad, pero no necesariamente como sinónimo de falso, falsedad en tanto opuesta a lo genuino. La mentira puede ser genuina, lo falso nunca lo es. Una mentira puede revelar más de la verdad que la verdad misma. Este es el misterio del arte y, sobre todo, de la poesía. No hago más que parafrasear los que ha dicho Truman Capote en Plegarias atendidas: "Ya que la verdad no existe, la verdad no puede ser más que ilusión; para la ilusión, el subproducto de artificios reveladores puede alcanzar las cimas más próximas al pico de la Verdad Perfecta. Pongamos como ejemplo a los que se hacen pasar por mujeres. El travesti es en realidad un hombre (verdad) hasta que se recrea a sí mismo como mujer (ilusión), y, de los dos momentos, el de la ilusión es el más verdadero".

Un poema debe ser como un diamante: brillante, pulido, aunque no necesariamente simétrico. Eso sí: debe ser exacto hasta en su asimetría. En tanto ciencia exacta, la poesía no admite errores, y si los admite sólo es en función de que estos errores permitan hacerla más exacta. Un sustantivo, un adjetivo, un verbo, un adverbio, un neologismo puede estar mal escrito, mal conjugado o puede parecer mal utilizado, de acuerdo con la Academia, pero no puede ser mal aplicado en el poema. Una palabra mal aplicada puede matar un poema. Es como si se quisiera armar un rompecabezas con piezas que corresponde a otro rompecabezas. Simple y sencillamente no embonan. Así las palabras en el poema.

Me gusta esta imagen de trabajo del poeta: recorre caminos buscando palabras como piedras, que frota unas con otras para sacar chispas y crear la luz y el fuego. A veces las palabras-piedras que choca entre sí se desmoronan, no soportan la fricción y se desmoronan: una roca es más fuerte que un terrón y lo destruye. Así sucede con las palabras en un verso: todas las palabras de un poema deben ser sólidas, macizas, para soportar el choque entre unas y otras, sacar chispas e iniciar el fuego que caliente el corazón de los hombres.

Finalmente, quiero cerrar con un poema de Eduardo Lizalde que se llama precisamente "Poema" y que resume mucho mejor todo lo que he tratado de explicar, en la medida de mi limitado entendimiento, con las líneas anteriores:

"Todo poema
es su propio borrador.
El poema es sólo un gesto,
un gesto que revela lo que no alcanza a expresar.
Los poemas
de perfectísima factura,
los más grandes,
son exclusivamente
un manotazo afortunado.
Todo poema es infinito.
Todo poema es el génesis.
Todo poema nuevo
memoriza el futuro.
Todo poema está empezando."


Empecemos, pues, con el poema.

domingo, diciembre 26, 2004

Murió Dietrich Schwanitz, autor de una "biblia cultural" contra la ignoracia occidental



Jueves 23 de diciembre de 2004
Tomado de La Tercera, de Chile


El escritor alemán Dietrich Schwanitz, autor del superventas Bildung (La Cultura. Todo lo que hay que saber), fue encontrado muerto por la policía, con síntomas de haber fallecido hace varios días. El escritor de 64 años, que vivía en completa soledad, fue hallado en su domicilio de Hartheim (al sur de Alemania) y reportes oficiales señalan que "no hay indicios que hagan sospechar que en su muerte ha intervenido alguien".

Nacido en la región del Ruhr y criado en Suiza, Schwanitz estudió Filología Inglesa, Historia y Filosofía en Münster, Londres, Filadelfia y Friburgo. De 1978 a 1997 impartió clases de Literatura en la Universidad de Hamburgo, donde según él mismo relató descubrió que sus alumnos no tenían una base común de conocimiento. Así fue como surgió La Cultura, una recopilación de lo imprescindible, una guía de conocimientos editada en castellano por Taurus y que durante años ha encabezado listas de ventas en distintos países.

Otros títulos de Schwanitz son Der Zirkel (El Círculo, 1999), una crítica del sistema educativo y Der Campus (El Campus, 1995), una novela con la universidad como telón de fondo. Tales textos, junto con ganarle animadversión en el mundo académico, lo convirtieron en figura mediática de su país, viéndosele con frecuencia en TV, arremetiendo sobre distintos temas. Víctima de una enfermedad incurable, se jubiló de la docencia en 1997 y desde entonces vivía de su trabajo como escritor.

Dietrich Schwanitz estudió Filología Inglesa, Historia y Filosofía en las universidades de Münster, Londres, Filadelfia y Friburgo. Fue profesor de Cultura y Literatura inglesa en la Universidad de Hamburgo de 1978 a 1997. Allí descubrió la tremenda ignorancia de la mayoría de sus alumnos, que desconocían las bases sobre las que se ha construido el mundo donde viven. Y escribió La cultura. Todo lo que hay que saber, una suerte de "biblia cultural", que vendió un millón de ejemplares sólo en Alemania.

En su libro, Schwanitz, nacido en 1940 en Werne an der Lippe, en la cuenca del Ruhr, explica cómo y por qué surgieron el Estado, la ciencia, la democracia, quiénes son Hamlet, Fausto, Don Quijote, el doctor Jekyll y Míster Hide, qué dicen el Antiguo y Nuevo Testamento, qué es una revolución, cuáles son las grandes obras de la literatura, la ciencia, la filosofía... Su afán era pedagógico: incluyó un cuadro cronológico, una lista de los libros más importantes de la historia, consejos de lectura y un CD con las piezas musicales más destacadas.

En su ambicioso empeño, Schwanitz fue criticado por superficial. Él se defendía asegurando que su objetivo era hacer de la cultura algo entretenido. De hecho, sus referencias están hechas con humor y sentido crítico.

A juicio del autor, los contenidos de La culturadeberían sustituir en los cerebros de los ciudadanos a otros materiales inútiles. "La vida privada de los famosos ocupa mucho sitio en nuestras cabezas. A través del dominio de los idiotas en televisión, vemos que los medios tienen su propia vida, que son meros instrumentos para quienes los saben usar. De ahí viene una parte de la melancolía y el pasotismo. Pero es a través de la imbecilidad pública como todo eso se hace soportable", aseguró el autor durante la presentación de su libro en Madrid en 2002.

Adiós a la Puga



A la méndiga Parca le gusta diciembre para hacer sus chingaderas en el gremio de los escritores. El año pasado por estas mismas fechas se llevó a Hugo Argüelles y a Juan García Ponce. Ahora le tocó a Maria Luisa Puga, intensa narradora y ensayista y entusiasta tallerista.

Yo no la conocí en persona, pero la conocí mejor: a través de sus libros. A muchos les parecía mejor su novela Las posibilidades del odio, pero a mí me gustó más Pánico o peligro, una novela urbana, intimista, con una voz femenina distintiva, mucho antes de que se dieran los debates mamones de hoy sobre la "literatura femenina" o "con perspectiva de género" (whatever that fuckin' means).

De la lectura de esa novela, hace ya unos 18 años, saco este apunte de uno de mis cuadernos:

"Somos como todo el mundo. A veces estamos bien, a veces mal. Yo no sé por qué esa necesidad de pareja, de convivencia. A lo mejor sólo se debe a un miedo ancestral que no hemos sabido superar. O bien sí es una necesidad vital, animal, natural, de estar con un compañero, vivirlo todo en dos; existir en diálogo; unir los opuestos, porque el otro va a ser siempre lo opuesto a ti, sólo porque es otro. El amor tal como lo conocemos, es precisamente el deseo de que el otro se parezca a ti, que suene, se mueva y actúe como tú. Una especie de colonización. El amor que hace acercarnos unos a otros; escogernos. Luego viene ese otro sentimiento que se produce cuando conoces, convives, compartes. Cuando te tropiezas con el otro y lo odias como una parte de ti mismo, sabiendo que estás condenado a ella. Por eso las separaciones son siempre mutilaciones... pero al mismo tiempo liberaciones..."


Para los que no saben quién fue La Puga, esto lo publicó hoy La Jornada:

Dejó dos novelas inéditas, afirma Poniatowska; "tenía una profundidad enorme"

Murió María Luisa Puga a los 60 años; escribir, su máxima pasión

Sobre un posible homenaje, el INBA anuncia que consultará con el compañero de la autora

POR ERICKA MONTAÑO, FABIOLA PALAPA Y ARTURO JIMENEZ


La escritora mexicana María Luisa Puga falleció ayer a las 3 de la tarde en la ciudad de México a los 60 años a consecuencia de un linfoma. Sus restos fueron velados en la agencia funeraria J García López de Coyoacán, donde permanecerán hasta las 9 horas de hoy y después serán cremados en la sucursal de la misma firma en General Primm, colonia Juárez.

Anoche asistieron a las honras fúnebres, entre otros, la escritora Elena Poniatowska y el titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Saúl Juárez.

La quise mucho, dijo Poniatowska. "Fue probablemente la escritora mexicana con quien mejor me llevaba. Hace muchos años nos reuníamos a leernos lo que escribíamos. Lo leíamos en un taller con Silvia Molina. Siempre admiré muchísimo Las posibilidades del odio, una de las novelas más espléndidas que ha escrito una mujer en México.

"Ella se fue a vivir a Zirahuén hace 20 años, en agosto de 1984, cuando decidió hacer su vida con Isaac Levine, que resultó un compañero fabuloso que la cuidó hasta el último momento, con una entrega absoluta. El inventó toda clase de aparatos a la manera de Leonardo Da Vinci para facilitarle la vida, como una especie de columpio para sus terapias en una alberca de agua caliente. Ella nunca dejó de escribir, tiene cantidad de cuadernos que creo los tiene su hermana Paty. Dejó dos novelas inéditas que desconozco sus títulos y otra a la mitad.

"María Luisa se levantaba todos los días a las 4 de la mañana a escribir porque decía que esa era una hora muy tranquila. Ella nunca fue lambiscona del poder. Nunca buscó colocarse. También promovía talleres literarios con niños y adultos. Era una persona con un enorme carisma que atraía mucho, y también una enorme profundidad. Creo que eso se va a observar ahora en sus libros, que ojalá y reciban una mayor difusión, como Las posibilidades del odio, que por cierto acabo de presentar al consejo editorial del Fondo de Cultura Económica".

A su vez, Saúl Juárez destacó: "Las posibilidades del odio es un libro fundamental en los cambios experimentados por la narrativa mexicana en los últimos 30 o 40 años. Con ese libro María Luisa, que fue mi amiga, da pauta a un camino muy novedoso para esa literatura, la cual surgió muy poco después de la literatura de la onda y dio nacimiento a gran cantidad de voces y posturas literarias".

Después de eso, recordó, Puga realizó otras búsquedas en su residencia en Zirahuén con logros importantes.

Sobre la posibilidad de un homenaje, Juárez anunció que el INBA consultará al compañero de Puga, Isaac Levine, para acordar qué es lo que se hará.

Por lo pronto quedaron pendientes presentaciones en febrero de su libro más reciente Diario del dolor, y quedaron interrumpidas una serie de actividades con la Secretaría de Salud en torno a los temas del dolor y la enfermedad.

Puga padecía desde hace varios años de artritis reumatoide crónica y apenas el pasado 9 de diciembre presentó en la ciudad de México su nuevo libro, Diario del dolor. Unos días antes, en Morelia, se le rindió homenaje por su trayectoria de ensayista y narradora, así como por su labor de tallerista.

En lo que llamaban el campamento de Erongarícuaro participó en un taller al lado de Peter Smith y Berta Hiriart, entre otros.

La autora nació en 1944 en el Distrito Federal, sus estudios universitarios los realizó en Mazatlán y a los 24 años viajó a Londres, donde trabajó para el diario The Economist. De ahí se dirigió a Africa y regresó a México en 1978 para dedicarse de lleno a escribir novelas, cuentos y ensayos.

Ese mismo año se publicó su primera novela, Las posibilidades del odio, a la cual siguieron Cuando el aire es azul, Pánico o peligro, La forma del silencio, Antonia, Las razones del lago, La ceremonia de iniciación, La viuda y La reina. Con Pánico o peligro obtuvo el premio Xavier Villaurrutia en 1983.

Entre sus libros de cuentos están Inmóvil sol secreto eIntentos, mientras que para los niños escribió, entre otros, El tornado y Los tenis acatarrados.

Su obra se complementó con otros textos, como Cuando rinde el horno, La cerámica de Hugo X, Velázquez, Lo que le pasa al lector e Itinerario de palabras. Su obra ha sido traducida a francés, inglés y otros idiomas.

En 1996 recibió el Premio Nacional Juan Ruiz de Alarcón y desde 1985 radicaba en la localidad michoacana de Zirahuén, desde donde coordinaba talleres literarios para todas las edades.

En una conversación con La Jornada (28 de febrero de 2003) con motivo de la redición de Pánico o peligro, la escritora resaltó: "para entender la vida hay que ponerla en palabras; la escritura se integra de manera natural a la vida. Esta, al ir siendo entendida, se desarrolla también de manera natural. Por eso cualquier movimiento, en cualquier dirección, de México a Europa y viceversa, del Distrito Federal a Michoacán, entra en esa naturalidad. Todo es escribible porque es vivible".

Hace 31 años, al publicar Las posibilidades del odio, "no contaba con la más peregrina visión de lo que significaba dedicar la vida a la escritura. Sólo tenía pasión. Y es de eso de lo que me he nutrido en estas tres décadas. Soy la misma y diferente, como lo somos todos con el transcurrir del tiempo. Y todavía sigo sintiendo que lo más importante para mí es escribir mientras viva".

Su libro más reciente es Diario del dolor, coeditado por Alfaguara, la Universidad del Claustro de Sor Juana y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en el que habla de su relación con el dolor, cómo lo vivía a consecuencia de su enfermedad, diagnosticada de manera tardía.

Durante la presentación Puga subrayó que "para un escritor uno de los motores para escribir es algo que de alguna manera está invadiendo su existencia; ese algo puede ser una curiosidad, un sentimiento de frustración, lo que sea. En mi caso fue el dolor". (La Jornada, 10 de diciembre de 2004)

Comenzó a escribirlo, recuerda, como una forma de entender lo que estaba sintiendo. El libro, dijo, no pretendía ser un analgésico para quienes padecen dolores crónicos, es más una ventana para entenderlos.

"En la medida que aumentó mi conocimiento, disminuyó mi repulsa. Sé que habrá momentos inaguantables, pero cuando se conoce el dolor crónico, se sabe que tiene un comienzo y un fin."

viernes, diciembre 24, 2004

Philip K. Dick recuerda la primera vez que le publicaron un cuento



Lo primero que uno hace cuando vende su primera historia es telefonear a su mejor amigo y decírselo. Lo más probable es que el amigo te cuelgue sin dejarte acabar de contárselo, lo cual te desconcertará hasta que comprendas que él también está intentando vender sus historias y aún no lo ha conseguido. Esta reacción servirá para serenarte un poco. Pero luego, cuando tu esposa vuelva a casa, díselo también, y verás como no te castiga con su indiferencia; todo lo contrario, se sentirá complacida y excitada. Cuando vendí Roog a Anthony Boucher para Fantasy & Science Fiction, yo estaba al frente de una tienda de discos durante parte del día, y escribía el resto de él. Si alguien me preguntaba a qué me dedicaba, siempre decía: «Soy escritor». Esto ocurría en Berkeley, en 1951. Todo el mundo era escritor allí. Nadie había vendido nada. De hecho, la mayoría de la gente que conocía creía que era innoble y rastrero someter un cuento a una revista; uno lo escribía, lo leía en voz alta a sus amigos y lo olvidaba. Así era Berkeley en aquellos días.

Otro problema que tenía para conseguir que la gente me admirara por haberlo vendido era que mi cuento no se trataba de un relato normal para una pequeña revista, sino que era un cuento de ciencia ficción, un género poco leído por la gente de Berkeley en aquel tiempo, excepto un reducido grupo de aficionados muy excéntricos; parecían vegetales animados. «¿Qué pasa con tus historias serias?», preguntaba la gente. Yo tenía la impresión de que Roog era una historia completamente seria. Habla del miedo, de la lealtad, de una oscura amenaza y de una criatura bondadosa que no puede transmitir el conocimiento de esa amenaza a sus seres queridos. ¿Qué tema puede haber más serio que ése? Lo que la gente interpreta realmente por «serio» es «importante». La ciencia ficción no era entonces, por definición, importante. Durante las semanas que siguieron a la venta de Roog me deprimía cada vez más a medida que me advertía los severos códigos de comportamiento que había quebrantado vendiendo mi cuento, puesto que se trataba de un cuento de ciencia ficción.

Para empeorar las cosas, empecé a alimentar la ilusión de que podía ganarme la vida como escritor. Las fantasías que llenaban mi cabeza se referían a que podría abandonar mi trabajo en la tienda de discos, comprarme una maquina de escribir mejor, escribir todo el día y seguir haciendo frente a los gastos de la casa. Tan pronto como empiezas a pensar algo similar vienen a buscarte y te llevan. Y lo hacen por tu bien. Cuando más tarde te sueltan, ya curado, has olvidado esas fantasías. Vuelves a trabajar en la casa de discos, en el supermercado o limpiando zapatos.

Bueno, el asunto es que convertirse en escritor representa... bien, es como aquella vez que le pregunté a un amigo qué pensaba hacer al terminar el colegio y me dijo: «Voy a ser pirata». Y lo dijo muy en serio.

El hecho de que Roog se vendiera se debió a que Tony Boucher me señaló lo que debía cambiar en el original que le envié. Sin su ayuda aún estaría en la tienda de discos, y lo digo muy en serio. Por aquel entonces Tony daba clases de arte de escribir en la sala de estar de su casa de Berkeley. Leía nuestros cuentos en voz alta y así nos dábamos cuenta, no sólo de lo horribles que eran, sino de cómo podíamos mejorarlos. Tony no se limitaba a mostrarnos lo malo de lo que escribíamos, nos ayudaba a transformar aquella basura en arte. Tony sabía cómo moldear a un buen escritor. Nos cobraba -apunten- un dólar a la semana. ¡Un dólar! Si alguna vez existió un hombre bueno en el mundo fue Anthony Boucher. Yo lo adoraba, de veras. Solíamos reunirnos una vez a la semana para jugar al póquer. El póquer, la ópera y la literatura eran lo más importante para Tony. Le echo mucho de menos. Una noche de 1974 soñé que había accedido al otro mundo, y allí estaba Tony, esperándome para ser mi guía. Se me llenan los ojos de lágrimas cuando pienso en ese sueño. Allí estaba, pero transformado en Tony el Tigre, como en esos anuncios de cereales para el desayuno. En el sueño estaba más alegre que nunca, y yo también. Pero era un sueño; Tony Boucher ya se marchó. Sin embargo, sigo siendo un escritor gracias a él. Cada vez que me siento para empezar una novela o un relato, siempre me viene el recuerdo de ese hombre. Creo que me enseñó a escribir por amor, y no por ambición. Es una buena lección para cualquier ocupación en este mundo.

Esta pequeña historia, Roog, trata de un perro real... ya desaparecido, como Tony. El nombre auténtico del perro era Snooper, y creía tanto en su mundo como yo en el mío. Su principal trabajo, en apariencia, era cuidar que nadie robara la comida de su cubo de la basura particular. Snooper actuaba impulsado por la ilusión de que los propietarios consideraban la basura algo valioso. Cada día sacaban bolsas de papel llenas de deliciosa comida y las depositaban en un contenedor de metal que luego tapaban firmemente. Al terminar la semana, el cubo de la basura estaba lleno... y en ese momento llegaba el más diabólico grupo de entidades malignas del Sistema Solar en un enorme camión y robaba toda la comida. Snooper sabía con toda exactitud qué día de la semana ocurría esto: el viernes. Así que a las cinco de la madrugada del viernes, Snooper lanzaba su primer ladrido. Mi esposa y yo teníamos la convicción de que los despertadores de los basureros sonaban a aquella hora. Snooper sabía cuándo abandonaban sus casas. Podía oírles. Era el único que podía; todos los demás ignoraban lo que se preparaba. Snooper debía pensar que vivía en un planeta de lunáticos. Sus dueños, y cualquier otro habitante de Berkeley, podían oír a los basureros cuando llegaban, pero nadie hacía nada. Sus ladridos me volvían loco cada semana, pero me sentía más fascinado por la lógica de Snooper que irritado por los frenéticos esfuerzos para que nos levantáramos. Me preguntaba: ¿qué idea tendrá este perro del mundo? Es obvio que no lo ve como nosotros lo vemos. Ha desarrollado un completo sistema de creencias, una visión del mundo radicalmente distinta de la nuestra, pero a partir de unas bases completamente lógicas, apoyadas por la evidencia.

De modo que éstas, en su forma más primitiva, son las bases en las que se fundamentaron muchos de mis veintisiete años como escritor profesional: el intento de meterme en la cabeza de otra persona, o en la cabeza de otra criatura, y ver a través de sus ojos, descubriendo así lo distinta que es esta persona del resto de nosotros. Uno empieza con la entidad sensible y avanza hacia afuera, y, a partir de ahí, deduce su mundo. Uno nunca puede saber cómo es realmente este mundo, pero creo que es posible efectuar algunas aproximaciones bastante correctas. Empecé a desarrollar la idea de que cada criatura vive en un mundo distinto al mundo de las demás criaturas. Sigo creyendo en ella. Para Snooper, los basureros eran horribles y siniestros. Pienso que los veía literalmente distintos a como los veíamos nosotros, los humanos.

Esta noción de que cada criatura ve el mundo de manera diferente a las otras criaturas imagino que no será compartida por muchos de ustedes. Tony Boucher tenía muchas ganas de que una antologista muy importante (a la que llamaremos J. M.) leyera Roog para ver si podía utilizarlo en una de sus antologías. Su reacción me sorprendió. «Los basureros no tienen esa apariencia -me escribió-, no tienen cuellos delgados como lápices y cabezas que se bambolean. No se comen a la gente.» Creo que enumeró doce errores del relato, todos relativos a la forma en que yo presentaba a los basureros. Le respondí explicándole que tenía razón, pero que un perro... bien, de acuerdo, que el perro estaba equivocado, lo admitía. El perro estaba un poco loco. No estábamos tratando con un perro y la visión de unos basureros a partir de los ojos de un perro, sino de un perro loco... que se había vuelto loco a causa de esas incursiones semanales en el cubo de la basura. El perro había alcanzado el estadio de la desesperación. Eso era lo que yo deseaba transmitir. De hecho, era el punto crucial del cuento: el perro había rebasado todas las opciones y se había vuelto loco por culpa de aquel acontecimiento semanal. Y los roogs lo sabían. Les gustaba. Se burlaban del perro. Disfrutaban con su insensatez.

La señorita J. M. me rechazó el cuento para sus antologías, pero Tony lo publicó y aún se sigue publicando; de hecho, actualmente es un texto para alumnos de la escuela superior. Hablé con una de las clases a las que se había asignado el cuento, y todos los chicos lo entendían. Lo más interesante es que había un estudiante ciego que parecía ser quien mejor había captado su significado. Sabía desde el principio lo que significaba la palabra roog. Captaba la desesperación del perro, la frustrada furia del perro y su amarga sensación de derrota. Quizá en algún momento entre 1951 y 1971 todos nos hemos acostumbrado a los peligros y transformaciones del entorno habitual de una forma que antes no hubiéramos admitido. No lo sé. Pero, de todos modos, Roog, mi primer relato vendido, es biográfico; vi al perro sufrir, y comprendí un poco (no mucho, quizá, paro un poco) lo que le estaba destruyendo, y sentí deseos de hablar con él. Esa es la pura verdad. Snooper no podía hablar. Yo sí. De hecho, podía escribirlo, alguien podía publicarlo y algunas personas podían llegar a leerlo. Escribir narrativa tiene que ver con esto: convertirse en la voz de aquellos que no la tienen, y espero que me entiendan. No es tu voz, la voz del autor, son esas otras voces que nadie oye.
El perro Snooper está muerto, pero el perro de la historia, Boris, sigue vivo. Tony Boucher está muerto, y algún día yo también lo estaré, y, en fin, ustedes también. Pero cuando estuve con aquella clase de la escuela superior y hablamos de Roog, en 1971, exactamente veinte años después de vender el cuento... Snooper seguía ladrando y su angustia y sus nobles esfuerzos seguían todavía vivos, y se lo merecían. Mi relato es un homenaje a un animal, a una criatura que ya no ve, ni oye, ni ladra, pero, maldita sea, estaba cumpliendo con su deber. Aunque la señorita J. M. no lo comprendiera.Me gusta este cuento, y dudo que hoy lo pudiera escribir mejor que cuando lo hice, en 1951. Ahora escribo textos más largos (1976).

(Robado arteramente de De koalas y pornografía (http://www.rasabadu.blogspot.com/) de Edgar Omar Avilés)

jueves, diciembre 23, 2004

Amiga a la que amo...

por Rubén Bonifaz Nuño


(dedicado a Lola La Bella (http://justlola.blogspot.com/)

Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.

No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, perjuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al movere, deshiciera.

Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.

Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.

Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.

Cuento de terror



Me encontré esta página, "Sueños de opio" (http://www.gratisweb.com/opiodesuenos/), que antologa algunos cuentos de terror, entre ellos uno perpetrado por este tundeteclas.

El cuento "El tercer aullido" se puede leer en directo en:
http://www.gratisweb.com/opiodesuenos/c19.htm

Gracias a quien lo haya incluido.

Happy Xmas (War Is Over)


por John Lennon

(Happy Xmas Kyoko
Happy Xmas Julian)

So this is Xmas
And what have you done
Another year over
And a new one just begun
And so this is Xmas
I hope you have fun
The near and the dear one
The old and the young

A very Merry Xmas
And a happy New Year
Let's hope it's a good one
Without any fear

And so this is Xmas
For weak and for strong
For rich and the poor ones
The world is so wrong
And so happy Xmas
For black and for white
For yellow and red ones
Let's stop all the fight

A very Merry Xmas
And a happy New Year
Let's hope it's a good one
Without any fear

And so this is Xmas
And what have we done
Another year over
A new one just begun
And so happy Xmas
We hope you have fun
The near and the dear one
The old and the young

A very Merry Xmas
And a happy New Year
Let's hope it's a good one
Without any fear
War is over, if you want it
War is over now

Happy Xmas

martes, diciembre 21, 2004

Así es, cool cats...

Kerouac
Way to go, your alter poet is Jack Kerouac, who is
by FAR the coolest!


Who is Your Alter Poet?
brought to you by Quizilla

El triple filtro de Sócrates

En Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.

Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:

- ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?

- Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.

- ¿Triple filtro?

- Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?

- No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...

- Bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?

- No, por el contrario...

- Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?

- No, la verdad que no.

- Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?

Se recomienda usar este triple filtro antes de exponerse a escuchar o leer algún comentario sobre cualquier pesona.

viernes, diciembre 17, 2004

Fat is beautiful

.
"La gordura es hermosa": Porky dixit
Por Efrén Minero
(Tomado de la revista Cardomomo)

Uno de mis gordos favoritos: Capulina

Además del cerdito tartamudo de Looney Tunes, los propietarios de una carnicería en Apizaco, ubicada en la calle Francisco I. Madero, también cree que la gordura es hermosa y lo demuestran con poner un letrero sobre el toldo que protege su cazo de chicharrones. El gordo es uno de los apodos infaltables en la escuela; aunque tiene sus variantes, por ejemplo, hace varios lustros al gordo del salón se le decía La Tonina por aquel luchador de la época de Santo El Enmascarado de Plata, La Tonina Jackson. Los apodos como todo, sufren un proceso de aggiornamento, es decir, de actualización (usamos "aggiornamento" porque es una palabra más gorda). Una variante peyorativa que se usaba es IBM, la Inmensa Bola de Manteca; La Tonina es un mote amistoso y lo de IBM (que también funcionaba para decribir al vil gato o mandadero: el yveme a traer eso eso, yveme a traer lo otro) es agresivo. En mis días de secundaria a un compañero le asestaron el apodo de IBM, era gordo, después tomó clases de artes marciales y adelgazó, con el tiempo recuperó, ya treintañero, mucho de su gordura, la suficiente para merecer otra vez aquel apodo, pero nunca más lo recibió, ni ese ni otro, sospecho que su cinta negra y su tercer dan quizá tuvieron algo que ver en la ausencia de akas (ya know, also know as). Otra variante de "gordo" se le aplicaba a un compañero de mi hermano, "pasado de peso": La mayoría.

¿Dónde está el límite para ser considerado o autoproclamarse gordo? Los nutriólogos, tan serios y científicos, tan asépticos y solemnes, hablarán de calorías, tablas de estaturas y pesos, dietas, etc. Para los nutriólogos hay dos clases de gordos y bla bla bla; sin embargo, uno posee un extraño sentido que sin dificultad nos permite decir "ese guey está gordo" o para considerarse a sí mismo gordo. Insisto, lo de las mujeres es otra cosa, ellas son al respecto más meticulosas.
Debemos establecer una clara separación entre los gordos y los que sólo somos panzones. Los gordos deben ser rubicundos, como manzanas, como cerditos de Walt Disney, en cambio, los panzones, los que lucimos una panza cervecera, somos ninguneados porque no alcanzamos la categoría para ser considerados gordos. Un gordo no es un solamente un panzón, el gordo debe extender sus redondeles por brazos, manos, dedos, rostro, trasero, etc. Hay nalgones que responden a la ley del tordo: las patas flacas y el culo gordo, esos tampoco merecen la etiqueta de gordos.

Puede haber gordos por problemas de metabolismo o gordos tragones, o una combinación de los dos. Hay oficios en que la gordura parece ser parte de los requisitos para ejercerlos. Los carniceros suelen ser gordos, los tenores (como los "tres horrores", amos del kitsch, Luciano Pavaroso, Complacido Sábado y José Carrereado) pero más las sopranos.

Ser gordo tiene sus ventajas, si uno piensa dedicarse a guarura o a guardia nariz del emparrillado, pero también tiene sus inconvenientes, sobretodo si el gordo es cinéfilo, porque el ancho de sus nalgas encuentra problemas para acomodarse al de las butacas, es como lo zurdos que no hallan muebles o herramientas adaptados para ellos. Hay tipos que se deleitan llamando a sus novias o esposas "gorda" o "gordita"; funciona del lado femenino, "gordo" y "gordito". No entraré en detalles, porque los desconozco (aunque muchos se pueden leer con prolijidad en Sodoma y Gomorra, el volumen cuarto de En busca del tiempo perdido de Proust), pero supongo que los gays y las livais deben usar ese tipo de molesto sobrenombre cariñoso. Las señoras acostumbran nombrar a sus latosos chamacos "mi gordo", "mi gordito". Desde otro punto de vista, existe "ya me caíste gordo", es decir, pesado, sangrón, antipático. Ser gordo o ser llamado cariñosamente Gordo está en relación al lugar desde donde se nombra. En México, tierra de gordos y panzones (aparte, por supuesto, de corruptos y malhechos) tiene cierta connotación amistosa por lo general; no es difícil comprender que a un servio o a un alemán no le causaría mucha alegría que le asestáramos un "mi gordito" o "mi gordo". Existen los extremos, donde están, en uno los luchadores de sumo, en otro los practicantes de yoga, vegetarianismo y caminatas matinales. En el futbol tenemos varios casos destacados. Un masajista se hizo famoso por su excesiva dotación de kilos, La Pera, que lo fue principalmente de los Tigres de la UANL; el jefe de la porra más arcaica (porque no se llama a sí misma barra ni hinchada ni cantan "cómo no te voy a quereeer cómo no te voy a quereeer..." sino el anticuado "siquitibum a la bim bom ba...) del Chuzma Azul, El Gordo Ordóñez. Los futbolistas no quedan fuera del renglón de la obesidad. Recuerdo a un medio campista de los Lobos de Tlaxcala y del Morelia, Horacio Rocha, que se distinguía por sus kilos de más, sino que hay otros casos más dramáticos, El Pastor Javier Lozano, de los Tigres y del Morelia, entre otros equipos, que siempre estaba gordo o Antonio El Turco Mohamed o el de un colombiano que jugó en el Morelia o el inolvidable Superman, El Gato Marín, famoso portero que sólito se metía goles y por dejar en la banca al Ojitos Meza. En cuanto a los entrenadores, ahí está El Tanque Miloc. Y en el béisbol nunca falta Babe Ruth.En el rock el gran tonelaje está representado por Meat Loaf, Fats Domino, Buddy Miles, David Crosby, entre los famosos; en México podemos citar, nomás de muestra, a Paco Gruexxo (que en los setenta lidereó la Tlatelolco Rock Symphony) y al periodista Víctor Roura (mencionados juntos nos recuerdan el affaire que protagonizaron en aquella época, pero que no entra en esta nota detallar); en el jazz son indispensables el inolvidable Charles Mingus y Satchmo, Louis Armstrong; en el blues no faltan, pongamos a B.B. King; en el pop cursi a Barry White. En el cine tenemos a Guillermo del Toro y a Peter Jackson.Los gordos deben tener cierto sex appeal, me acuerdo del gordo, el roomie dark de Evan Treborn, que aparece en El efecto mariposa (The Butterfly Effect, Eric Bress y J. Mackye Guber, 2004). En realidad para todo hay gustos, tengo una amiga muy querida a la que sólo atraen los panzones, viejos y, si es posible, pelones.... sí sí, ya sé que habemos muchos centenares con esas características, sólo que ella añade a esos requisitos que sean poetas; otra amiga, no menos querida, se vuelve loca por los adultos en plenitud, senectos o, cómo ya no suele decirse, los viejos, de manera que Fidel Velásquez era su sex symbol favorito. Marlon Brando es un asunto aparte, pasó de ser un verdadero símbolo sexual a una versión de Java The Hutt, sin que su calidad actoral y su carisma se viera afectada, recordamos sus actuaciones, ya botijón, en, por citar sólo dos películas, El sacrificio (The Brave, Johnny Deep, 1998) y Cuenta Final (The Score, Frank Oz, 2001). Semejante problema sufrió otro sex symbol, el Rey del Rock, Elvis, pero a Elvis su gordura acabó hundiéndolo en la ignominia causándole la muerte. Y ¿qué tal John Travolta (Vincent Vega) bailando con Uma Thurman (Mia) en Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)?Tenemos casos de gordos antipáticos, como aquel nerd yuppie, Dennis Nedry (Wayne Night, que en 3rd Rock From The Sun se covierte en el chistoso oficial Donald "Don" Leslie Orville) de Jurassic Park (Steven Spielberg, 1993); Barney, el dinosaurio morado (el hijo gay de Godzilla) o los antipáticos Winnie Pooh y Emilio Chuayfett Chemor, el l{ider de los diputados priistas. Cuando el maestro Junípero McClure se enteró de que yo redactaba estas líneas, me pidió que viera en la pantalla de televisa a un gordo llamado "rafita", pero rehusé hacerlo, porque el tema se limita a la gordura, con que la escatología (no la que proviene de eskatos, porque hay dos, sino aquella que surge de skor, skatos: excremento) queda fuera. Algunos obispos que juegan golf y disfrutan, precisamente, de "pecados de obispo" y "bocados de cardenal", son ofensivamente gordos y latosos, como don Onésimo Zepeda. En general hay más gordos simpáticos que molestos

Hay gordos simplemente grises, como Pedro Vargas que tenía la "chispa" de Miguel de la Madrid o de una tabla. Algunos políticos, diputados principalmente, y líderes charros ostentan groseramente su gordura, alimentada con base en los autobonos (semestrales, anuales, navideños, etc.). Yo me atrevería a colocar, en el renglón de los gordos sangrones, a Gaspar Henaine Capulina y a Vitorino (un gordo seudo rocanrolero ya fallecido). Hay gordos aburridos como Winston Chrurchill y gordos ciclónicos como Diego Rivera; y gordos extremadamente simpáticos, como Floro Tinoco y Garfield, el de las tiras cómicas, no el antipático de la película.
En USA, además de un número sorprendente de imbéciles, de que su presidente Bush es la máxima expresión, existe otro, medible en millones, de gordos; pero un gringo gordo, salvo que sea de origen latinoamericano, es un gordo soso, que carece de simpatía; en ese caso estamos halando simplemente de un consumidor de hamburguesas, hot dogs, cocacolas y pizzas que tiene un serio problema de salud y que a veces vemos con bermudas, camisas floreadas y cámaras fotográficas. Springfield, la ciudad donde Mat Groening decidió que vivieran Los Simpson, es la ciudad más gorda de los Estados Unidos, según se puede leer en el Libro Guiness que auspicia la cerveza Duff, la favorita de Homero.

Los gordos simpáticos, los gorditos, entran en conflicto con los ególatras cultivadores del físicoculturismo, y en general con todos los vanidosos que cuidan el número de calorías que ingieren por día y las comparan con las que queman en el mismo lapso. No estoy defendiendo a los gordos, sé que la obesidad ocasiona graves daños a la salud, pero también el tequila y las desveladas, y los decibeles a que debe escucharse un disco de Rammstein pueden perjudicar el oído, sólo que opino como Joaquin Sabina: "si quieres vivir cien años, no vivas como vivo yo". Y sin embargo, como el propio Sabina, a veces uno se ve obligado a reducir sus revoluciones por minuto y a aceptar los achaques de la edad, a no ser que se trate de un suicida potencial.

El arquitecto Ignacio Ibarra, mi jefe eventual en el departamento de Edificios y Monumentos del ITC (donde trabajé de milusos) en el período de Tulio Hernández, poseía un gran tonelaje. Solíamos ir a comer todos lo que en ese departamento laborábamos a un restaurante en el portal chico, cuando alguno de los comensales pretendía rechazar el arroz, los frijoles o el postre, el arqui, con su voz de trueno decía "tú pídelo cabrón, yo me lo como".

Cuando el gordísimo Juan Saldaña dirigió la CORACYT en el sexenio de Álvarez Lima, las instalaciones de esa coordinación estaban en San Pablo Apetatitlán, tenían que abrir las hojas que formaban la puerta de su oficina para que Saldaña pudiera introducir su carrocería.

En la secundaria tuvimos otro maestro gordo, el profesor Harám García, que se encargaba del inglés. Actualmente es famoso el padre Zamorita, que desplaza sus buenas decenas de kilos, teniendo como base la iglesia de San Nicolás de Tolentino.Un tío mío, trailero de oficio, hermano de mi padre, cuando nos era presentado a alguno de sus muchos sobrinos decía "soy el tío Luis, pero díme tío gordo". El mismo Miguel N. Lira acumuló, al final de su vida, muchos kilogramos, y uno de mis mejores amigos, el Bull Pen no es precisamente flaco.Hay gordos místicos de que el mismo Sidartha Gautama, el Buda, es gran ejemplo; lo que nos llevaría a explorar las raíces de esa fea costumbre de sobarle la panza a los gordos para conseguir un poco de buena suerte.Los escritores generalmente no son muy atléticos aunque sí muy vanidosos, a pesar de todo recuerdo a uno muy famoso, que más bien era compositor y escribía crítica musical para Proceso y a quien llamaban, sus amigos de la SOGEM, la gorda. Pablo Neruda era gordo, Fernando del Paso lo es y Alfonso Reyes formó con su grande amigo el flaco Julio Torri un símil literario de El Gordo y El Flaco, Silvestre Revueltas hizo lo mismo con Carlos Chávez, salvo porque los dos músicos no eran amigos.

No hay héroes ni villanos extremadamente gordos, Java The Hut y El Pingüino se encuentran entre las excepciones. Junto a aquel gordo villano emplumado hallamos al panzoncito Batman, Adam West. Los héroes históricos que corresponden a la etapa anterior al invento de la cámara fotográfica o a la época en que las fotografías eran muy escasas, como los de la Independencia y La Reforma, no son pintados gordos, porque existe esa tendencia (aún presente en las fotografías actuales de los candidatos a puestos políticos) no a la manita de gato sino al zarpazo de tigre. El de Benito Juárez es un caso paradigmático, ha sido tan retocado y estlizado que poco queda de su imagen real, en un descuido se le confundirá con Erick Estrada o Starsky; y lo mismo sucedió con el gordo Mao Tse Tung, que acabó convertido, en los carteles propagandísticos, en un adonis de rasgos orientales con cuerpo de gimnasta olímpico. Hay casos en que la gordura del político, por muy importante que sea, no puede ocultarse, como pasó con Manuel Ávila Camacho. Cerremos este escriño con el cacique gordo que recibió a Hernán Cortés, y que describe Bernal Díaz del Castillo.

En cuanto a las gordas, la cosa es más complicada, aparte el cariñoso y cursi "gordita", si uno se atreve a llamar "gorda" a una mujer se corre el peligro de sufrir una feroz golpiza. La gordura para las mujeres es un asunto de vida o muerte.

Entre las gordas clásicas está La Gorda de los libros de Carlos Castaneda y Cristeta Tacuche, la tía sexy de Borola Tacuche de Burrón, en el rock está Mama Cass Elliot, en el blues Etta James y en el jazz la divina Ella Fitzgerald.

¿Puede haber gordas sexys? Of course, Mónica Lewinsky, que tan mala reputación goza entre el sexo femenino, siempre guardará un misterioso carisma y atractivo; cuando la Lewinsky se somete a sus acostumbradas dietas reductoras, sus bonos bajan, en cambio, cuando la gula le devuelve los kilogramos perdidos, su carisma regresa; es cierto que no es sólo su gordura lo que la hace atractiva, mas sin duda, enriquece sus otras características, su inmortal trangresión de las normas más estrictas y solemnes, aquellas que desbarató en el escritorio del salón oval de la Casa Blanca. Anita Ekberg, que con Marcelo Mastroianni protagonizó La dolce vita (Federico Fellini, 1959), en años recientes lucía verdaderamente gorda y conservaba su sensualidad, lo que no consiguió otra gorda célebre, Liz Taylor. En el rock mexicano están Nina Galindo y la Baby Bátiz, gorditas sexys, que aun permiten ver su atractivo, claro que la voz que poseen contribuye a ese propósito, como Rita Guerrero, la de Santa Sabina; unas y otra podrían ser consideradas los símbolos sexuales de nuestro rock, la Baby y Nina en el departamento de las gorditas y la muy atractiva Rita, con Magos Herrera, en el de las flacas, dejando sorprendentemente atrás, y hablo de mi gusto personal, a Cecilia Toussaint, Julieta Pepsi Venegas y muchas más.En Tlaxcala había una gorda que vendía exquisito chileatole allá por los setentas en la esquina de la Juárez y Lardizábal, junto a las nunca igualadas chalupas de doña Ramoncita. La del chileatole era una gorda jacarandosa, rotunda, que me hacía pensar en la Obrigadinha del cuento epónimo de Alfonso Reyes que, por cierto, era gordo, o mejor dicho, gordito, porque cuando un gordo tiene buen carácter deja de ser gordo y accede al grado de gordito. Para no abandonar nuestro Estado mencionemos a la mujer que nos gobernó casi un sexenio, doña Betty Walls, Beatriz Paredes, que entonces no era tan gorda como hoy lo es. Uno percibe que doña Bety no es muy simpática. Dejemos la grilla y cerremos con dos gordas de voz privilegiada, Cesarea Evora y Toña La Negra.Teniendo como argumento el aserto que reza "los caballeros las prefieren rubias", proveniente del mito de Marilyn Monroe, que por cierto no era rubia natural, ¿podríamos aventurar que los mexicanos las preferimos gordas? Es falso. Seguramente nuestro modelo no corresponde a la esbeltez espiripitifláutica de Naomi Campbell o de Claudia Schiffer, flacas como tripas, sino más bien se acerca al de las Majas de Francisco José de Goya y Lucientes. En las películas de ficheras eran clásicos los semi desnudos de señoras con celulitis y que lucían discreta panzita, pero ahí tienen ustedes a Rosa Gloria Chagoyán que quizá encarne mejor el modelo mexica, siempre tan controversial, como el hecho de que los máximos iconos del mexicano macho sean un pedote, el maese José José; un gay, Juanga; y un futbolista que no se distingue precisamente por su cultura sino por su cuatemiña y su novia. La caricaturización de las gorditas del cine mexicano es Lyn May.

Algunos cuarentones no olvidamos como nos quitaba el sueño en la adolescencia, por su exhuberancia que se diluía, sin posibilidad de separar una de otra, con la gordura que ostentaba en los setenta la vedette argentina Thelma Tixou.Es lugar común citar al colombiano Botero, cuando de gordos se trata, pero también se sabe que en ciertas épocas los pintores reflejaban el gusto de la sociedad por las "llenitas", que es el eufemismo para decir las gordas, tan estúpidamente como llamar "morenos" a los negros o "pompas" y "glúteos" a las nalgas o "ignorante" al pendejo de Fox.

No nos confundamos, cierto que Lola la Trailera estaba tan buenota como la Tixou y sus curvas se fundían con la gordura, no sólo conservando sus redondeces sino acrecentándolas, mas nosotros hablamos de las gordas que sólo conocen una línea curva, como las figuras de Botero.Hay gordas feas y antipáticas como la Ofelia de Mortadelo y Filemón , la suegra de Al Bundy (de la serie gringa Married With Children) o gordas sexis como las ya mencionadas Tixou y Chagoyán. Para los gustos actuales la Brigitte Bardot sería gordita. Yo tengo dos buenas amigas gordas (una se parece a la Lewinsky y eso debería enorgullecerla), y conozco otra gorda que detesto encontrar, me cae gorda.La profesora Rebeca Torres de Lira, esposa del escritor, cargaba más de cien kilos, recuerdo que nos impartía, en primer grado de secundaria, Español. Llegaba, después de asistir a misa, para su clase de las siete, a esa hora yo llegaba a la escuela acompañado de mi abuelo Pedro, y él se encargaba de asistirla para subir la extensa escalera, hasta nuestra aula, lo que hoy día es el auditorio del ITC.

Las mejores gordas son las gorditas con salsa roja o verde, y los gorditos más destacados son los del chicharrón si los zambutimos en una buena quesadilla con epazote y flor de calabaza.

¿Por qué abundan los fraudulentos productos para adelgazar? Porque, como señala López Obrador, hay un complot contra los gordos, urdido siniestramente por una sociedad secreta de flacos sobrios y vegetarianos. Como yo entro en el área de los panzones (a pesar de lo cinco o seis kilos que perdí últimamente, en detrimento de mi panza) me siento solidario con los gordos, pero preferiría hablar, con mayor conocimiento de causa y a pesar de que son muy metiches, de los pelones... But...

El "empoderamiento" de los gordos

Por Mario Alberto Macías
(Tomado de la revista Cardomomo)

No se confundan: no soy yo; es el mismísimo Diputéibol

A pesar de que el estereotipo del hombre gordo nos remite a la concepción del poderoso comerciante o empresario rico en dinero hasta la ofensa, y que su circunferencia ondulada y las protuberantes "llantitas" que en forma piramidal sostienen la cara, que se asoma entre papada y cachetes a punto de liberarse de su prisión dérmica, se asumen como el símbolo de la abundancia, la gula y la opulencia que sólo se puede permitir un alquimista de los negocios, también hay íconos obesos en la política.

Algunos que han sido trascendentes para la historia de sus territorios o que han dejando huella -y no precisamente la que dejaría su peso corporal- para el mundo, no corresponde la fama a la imagen, tan es así que Iván IV, quien se hizo proclamar primer Zar de Rusia hacia el siglo XVI y que las ejecuciones masivas le ganaran el sobrenombre de "El Terrible", no era un gigante fortachón, como el típico del ruso bélico que nos llevaría a creer, si no que fue un hombre mediano regordete, malencarado pero al final con la ternura de "un gordito", como lo acusa la obra de Viktor Vasnecov, (s. XIX) aunque los retratos más antiguos y tal vez originales, pugnan por pintarlo, unos delgados y otros, que son los más, lo inmortalizan como muy robusto desde joven.

Asimismo, el inglés Winston Leonard Spencer Churchil complementó su aspecto voluminoso con un inacabable puro habanero y así consolidar la imagen de "bienestar y felicidad" que la vida le dotó al ser hijo de duque, y por lo tanto, bien nutrido, si no es que en exceso que le valió un cuerpo goloso, que su estancia en el ejercito no logró convertir en el de un atlético soldado, pero que si le iba con su buen humor, pues lo bonachón le granjeó buenas relaciones en la política internacional que le valieron para aliar a la URSS y EU contra Hitler en la segunda guerra mundial.

El sobrepeso persigue a quien puede pagar para mantener contenta a su gula sin importar razas, pues el dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza, engordaba en la medida en que se iba haciendo millonario a costa del pueblo nicaragüense; y no solo latinos, pues Jean Claude Duvalier también dictador de Haití, exiliado por abuso del poder y de la gastronomía, es de raza negra descendiente de africanos asentados en el Caribe, pero con alto nivel de colesterol almacenado en su adiposa humanidad. Incluso en Argentina hay todo un grupo político de origen sindicalista autodenominado "Los Gordos".

Incluso ahí están los gringos, con el presidente Theodore Roosevelt en el siglo XIX con amplia cintura, además de otro hombre que condujera los destinos de Estados Unidos y que es el más conocido, tal vez por que las generaciones de la segunda mitad del siglo pasado hemos escuchado del él y algunos vieron-vivieron, sus bandazos en Vietnam, Richard Nixon, quien perdió el famoso debate televisado ante John F. Kennedy principalmente por los efectos de imagen, pues entre otras cosas, dentro de los parámetros de personalidad, uno era viejo y gordo, mientras que el segundo jóven y delgado.

Sin embargo, reiteramos que los políticos no son sinónimo de gordura, aunque se hayan ganado la comparación con los cerdos por parte de caricaturistas periodísticos, o como los dibuja Matt Groening en The Simpsons cuando Lisa va al Capitolio o al personificarlos con un rechoncho alcalde Diamante, pues de los 62 presidentes mexicanos, sólo dos parecen retar a la báscula: Eulalio Torres (1914-15) y otro más conocido, Emilio Portes Gil (1928-30) pero de igual fugaz interinato, lo que refuerza esta visión de incompatibilidad del estadista con la exuberancia dorsal.

No obstante, mexicanos crasos que han destacado en el "Poder detrás del trono", como en el sexenio Ernesto Zedillo, a falta de una hombre capaz para la política interior en la persona de Esteban Moctezuma, entró al quite el mexiquense Emilio Chuayffet Chemor, como secretario de Gobierno con gran eficacia, y a quien la lucha de sus órganos por el espacio dentro de su epidermis, le provocó la obstrucción de la traquea, agudizándole la voz hasta semejar estertores o lamentos de mujer envejecida, por lo que, presionado por su envestidura, se operó las cuerdas vocales para "arreciar" sus discursos.

Hay otros personajes a los que no se les puede evitar relacionar su fama política con una personalidad rechoncha: Ahí está aún el camaleónico Porfirio Muñoz Ledo, que ha sido priista, perredista, parmista y al último panista-pevemista y hasta foxista, lo que le valió la embajada de México ante la Unión Europea, nada más; empero su gordura, que es más bien del tipo panzón erguido, lo delató en cada una de las facetas. Era el mismo Porfirio.

O el combativo "Maquío", aunque a estas fechas ha de ser literalmente cadavérico. Manuel J. Clouthier, que como candidato del PAN, y por ende empresario próspero con un chingo de dinero para tragar, pues era productor agrícola, disputó la presidencia a Carlos Salinas y Cuauhtémoc Cárdenas en 1998, el mismo año en que falleció sospechosamente accidentado, pero que antes dejó una máxima como conciente de su corpulencia: "Le quiero abrir un boquete al sistema político, por donde yo quepa".

Para ser un poco contemporáneo emulemos a los dos gobernadores más gordos de los Estados Unidos Mexicanos actualmente en funciones, el aliancista y hasta ahora apartidista chiapaneco Pablo Salazar Mendiguchía de 39 años, que sin embargo es plenamente superado por el mandatario de Tabasco, Manuel Andrade Díaz, cuyo peso contrasta con el común de la complexión de las personas costeñas.

Pero quien en definitiva se lleva el galardón al orgullo de los gordos en la "grilla", es indubitablemente el diputado de la Asamblea Legislativa del DF, quien no sólo es el responsable del acuño de Diputable, (muy ac doc de los políticos) por su afición a las parrandas y las bailarinas en la mesa; sino por que puso en su lugar al PAN, partido en el que milita, aunque está suspendido como militante por esta causa; y no es que Francisco Solís Peón se lo haya pasado por los huevos, sino que quiso quitarle al PAN lo conservador y lo acartonado.

De este personaje su nombre no nos dice mucho, pero sí el apodo que el mismo ha adoptado con singular alegría: "Pancho Cachondo", quien según sus propias palabras, el panismo debería ser más abierto, pues lo quiere tanto como a sus genitales que propuso liberarlo del estigma de "mocho", para lo cual posó desnudo en la revista Peninsular (N. del bloguerista: en realidad fue en la revista Cambio), pero con el escudo Acción Nacional cubriendo sus partes prohibidas, sin embargo, su verdadera razón para mostrar la glotonería que distribuye en su estructura molecular, es la conformidad con la que acepta su gordura, misma que al tiempo le ha devenido en vanidad y orgullo de ser gordo.

jueves, diciembre 16, 2004

Diferencia



Ayer, en uno de los capítulos del maratón de los Simpsons (en el que Homero se vuelve cuate de Kim Basinger y Alec Baldwin):

Bart y Lisa: Anda, papá tú nos prometiste llevarnos al lago.

Homero: Sí, soy un buen padre porque siempre les prometo cosas.

Bart: Pero nunca las cumples.

Homero: Bueno, si las cumpliera sería un GRAN padre.

Taxonomías, sistematización y mercadeo, o donde se cuenta ¿por qué se hace poesía?

por Rubén López

Para Bernardo Ruiz y Víctor Hugo Rascón a quienes conocí en la primavera de un otoño entre poetas y constructores del mundo. Mx 2004.

Las raíces de la nueva poesía

Con el esfuerzo de millones de seres humanos se inventaron los antibióticos, las vacunas, el agua potable y la producción de alimentos. Basta un instante para reconocer que en todo esto hay poesía. Y es así y nada más que así. Se inventó más población, se murieron menos seres amados, viven más, eso es un poema.

Gracias a esos hechos -y también al cambio de la ética sexual- creció la población en México y en el mundo. Indiscutiblemente que de 1960 a este día hay más población en el mundo, como en ninguna otra época. El mundo se ha transformado. A la par, y con el sacrificio de cientos de pueblos, se ha construido los medios para tener una intensa comunicación. Eso facilita la migración. Pero juntos como gemelos. Nacen los policías y funcionarios de migración, siempre obedientes a los imperios. Ambos rechazan a sus oprimidos que huyen de las zonas de guerra y miseria. Hoy -y en cada instante- hay más gente y hay más gente comunicada. ¿Qué produce todo esto? Más gente conocedora, más reflexión y mejor entendimiento de nuestro mundo.

Armónicamente hay otros hechos. Más desplazados da el hambre que la guerra. Y -lo esencial- hay mayor escisión del mundo. Hoy hay más ignorancia y miseria en el mundo.

La fórmula es simple. Hay más gente y también hay más escritores (poetas, novelistas, guionistas, excelentes escritores de literatura dramática, ensayistas, historia y otra larga lista). Hay más medios de comunicación, eso es innegable.

Y también existe otra verdad absoluta, hoy hay menos lectores en el mundo.

Tampoco esa contradicción es gratuita. También es deliberada y tiene sus razones.

La invención de las clasificaciones y sus funciones

Pero ¿qué hacer frente a esos fenómenos de la masividad y de grandes cantidades? Lo lógico, lo normal, es que si hay mucho -de todo- es correcto organizarlo en alguna forma. Cuando hay millones de teléfonos, millones de casas, millones de habitantes hay que hacer directorios. Cuando se ha dejado de ser la aldea, con un teléfono, 10 casas y 100 habitantes. Cuando hay miles y millones de todo, lo correcto es organizar la multiplicidad.

La única diferencia es que las clasificaciones jamás se hacen en el vacío. Las hacen grupos humanos y esos grupos existen -aún contra toda nuestra voluntad- divididos por precisos intereses. Son ellos quienes hacen sus clasificaciones y cumplen los objetivos del grupo (la pandilla, la mafia, la élite). Como no tenemos otro nombre decimos que es el que es -y está- y ejerce el poder. El grupo del -y en- el poder hace una clasificación a beneficio del grupo en el poder. Jamás lo harían en contra de sí mismos.

Esa forma de clasificar, eso que se llama taxonomía, tienen una relación con la función de quienes estructuran una lista. ¿Por qué? Porque la taxonomía cumple con los objetivos y las -generalmente secretas- perversas intenciones de todos los que se dedican a las clasificaciones -la taxonomía-.

Jamás existe un solo acto de los grupos humanos, que carezca de objetivos. Todas las acciones tienden a un objetivo. Los filósofos lo dicen bonito -por oculto y vergozante- el grupo humano es un ser teleológico. Siempre actúa movido por causas y siempre busca un objetivo que cumplir. La irracionalidad existe para quien no conoce la razón de la conducta.

Un mexicano en el siglo XVIII analiza las clasificaciones

Alzate y las nuevas ciencias ese podría ser el título de un libro. Aquí sólo ocupa un párrafo. En los fines del siglo XVIII, en un lugar del mundo llamado Nueva España, indiscutiblemente cambia nombre, ahora es México. A ese lugar, algún rey de España, de esos que los historiadores serviles, llaman reformador. Yo aquí deliberadamente olvido el nombre. Tampoco lo hago gratuitamente. Lo omito por haber sido perseguidor de los poetas. Ese hombre, que era rey, envió su emisario a la Universidad de México, para que impusiera las nuevas taxonomías, llamadas las ciencias nuevas.

Ese poeta, escritor y genio mexicano se opuso. Su apellido era Alzate. Dio sus razones. La esencia es que todas las clasificaciones se hacen a beneficio del grupo que las promueven e impone. ¿Por qué? Porque Alzate lo dice, le sirven al grupo, la claque, la rosca, el anillo y el segmento de la población que las hace. Jamás será un individuo ni siquiera un circulillo. La historia humana, para dicha de todos, es de grupos inseparables de las luchas, conflictos y objetivos humanos. Y el rey -que era la cabeza visible de los traficantes de todo, oro, plata, drogas, esclavos (ahora se dice indocumentados)- manda a enseñar e imponer las nuevas clasificaciones a beneficio de los grandes, de los muy grandes, de esa época.

En las clasificar se dice ¿Qué hay que escribir?

Hay una brillante realidad de la vida ella hace que los escritores y poetas miren a su alrededor. Antes eso fue como un acto -increíble- insólito y espectacular. Inevitablemente aparecen los poetas que sienten los aromas, los olores fétidos -del río Lerma en la autopista México-Toluca-. Son los poetas que descubren que no había mitología al hacer dinero de todo. Es la fastuosa ambición de las instituciones que peso a peso, despojan a los pueblos. Digámoslo fácil ¿Cómo se inventó ese poema de arrancar gotitas de vida en cada peso? Porque ganar cada peso nos cuesta un trozo de vida.

Dejó de ser una excepción que don Alfonso Reyes se diera cuenta que otra vez, es el crudo invierno, y los tarahumaras se morirán de frío. Dejó de ser espectacular que don Pablo Neruda, pensara que era necesario, que despierte el Labrador -Abraham- con su hacha de madera. Y que un asesinado poeta en Centroamérica dijera Vamos Patria a Caminar yo te acompaño bajaré a las profundidades y me quedaré ciego para que tu mires.

Los poetas dejaron de lloriquear amores patológicos frustrados. Dejaron de hacerlo porque sabían hacer lo único posible e inevitable que se debe hacer que es vivir. Y luchar para vivir haciendo poesías porque es un eficaz medio de vivir.

Con esa lucha ?inconcebible- porque más que mitológica es cierta, porque increíblemente se hace esa poesía. Y porque además es la lucha de millones y millones. Y porque es lo único existente, es el más bello y hermoso poema, es la lucha y ascenso de la humanidad.

Esa nueva realidad ha escrito y escribe poemas como el que principia con dos oraciones: Ínclitas razas humanas, sangre de hispania fecunda. Son los Cantos de Vida y Esperanza, es Rubén Dario. . Es -y será siempre- esa nueva realidad de escribir en español -mexicano, centroamericano, latinoamericano- esos que entonan el Contra-Canto a Walt Withman de Pedro Mir. Saben que son y siempre serán un grupo, un segmento de hispano parlantes. Ellos son quienes entonan el canto a nosotros mismo y a nuestra sobrevivencia.

Las consecuencias de la poesía

Esa poesía existe porque a diario se escribe. ¿Qué efecto tiene? ¿Para qué se escribe? ¿Acaso los poetas están ajenos a la teleología human? Repitiendo las mismas razones que escribe Charles Darwin en su primera hoja del libro del Origen del Hombre. ¿Los poetas están sujetos a los cambios o ellos no cambian? ¿Siguen el mismo curso de toda la historia de la humanidad o están afuera? ¿Habrá alguien que esté fuera del tiempo y el espacio?

Ante la espectacularidad de que algún poeta viera su entorno, sintiera lo que sucedía. Ante ese hecho asombroso que tuviera ojos para ver que cae fuego del cielo en Hiroshima. Un pueblo de campesinos llamado Vietnam es calcinado por cientos de bombas, más poderosas que las atómicas. 4 millones de niños y jóvenes muertos. Ante la realidad viva de la electrónica. Es el realismo real, de la realidad verdadera. Podernos comunicar y oírnos estando tan lejos. Poseer la misma fe y las mismas esperanzas sin saber tu rostro. Pero sé que eres de mi mismo grupo, de mi misma familia y haces cada instante creadoramente.

¿Cómo que realismo mágico? Porque ?trágicamente- no existe la magia. Pero sí existen los espectaculares bombardeos sobre la ciudad donde Jonás iba con su ballena por la calle buscando su destino. Ante una generación de jóvenes mexicanos y del mundo desapareció Nínive. Y también desapareció Ur de los Caldeos, donde se inventó el calendario nuestro. Y en este instante en que termino este párrafo muere otro niño de hambre y un adolescente mexicano es víctima de la violencia (se le prostituirá física y moralmente, se le inducirá a la fantasía de las drogas y se le engañará con una acción suicida). Esta noche habrá otra muerta más de ciudad Juárez, en cualquier lugar de Latinoamérica.

Geniales creadores sensitivos.

Ante esos hechos aparecen seres humanos que se duelen de la realidad. Que saben que existe otra realidad. Ante esos hechos el surgimiento de la nueva estirpe que nace para contradecían el antiguo postulado que la poseía es sólo llanto desesperando y sin sentido.

Veamos ¿Para qué sirve la poesía? La poesía ?se ha dicho- es para inducir a la patología, a amores enfermos, castrantes y mutilantes. Canta ?a lo único que existe- que es el dolor. Esa misma corriente de pensamiento afirma que la experiencia humana?toda- es sufrimiento, amargura, torturante, dolorosa y la vida es un asco: la náusea, la mugre.

Los autores de ese pensamiento han ido más profundo. Porque deja de ser un concepto. Han impuesto que se haga esa poesía y se buscan que se siga haciendo esa poesía. Buscan cultivar pacientemente la tanatofilia, la necrofilia y las tendencias suicidas. Morir por morir. Y cuando alguien niega esa actitud, inmediatamente se hace la taxonomía de los seleccionados, de los que siguen el canon morbido. E indirectamente -pero también en forma firme- la taxonomía de los excluidos. Por verdadera -tu y yo- somos incapaces de discutir que existen esas taxonomía y sus razones.

La función de clasificar

Y se hizo mejor. Se hizo la taxonomía de los autores de esa -otra- poesía. Se les puso en el índice como antes había hecho el Consejo de la General y Santa Inquisición. Aparecen otra vez los lectores de la inquisición. Ahora es más elegante. Se les llama críticos. Son a sueldo. Igual que los otros. Allí está los archivos de la Inquisición, allí están en la antigua Cárcel de Lecumberri en México. ¿Quién quiere leerlos? Allí están en el bellísimo edificio con pisos de mármol y paredes a prueba de fuego. Están para que no se olvide que la inquisición existe y se ejerce. Lleno de tantos temas de nuestra época.

Entonces es sabio concluir. Las taxonomías son la consecuencia de hechos muy precisos. Es el resultado de causas que impulsan a hacer clasificaciones y registros. Es más que poner a los más vendidos, a los mejor elogiados. Es poner a los que se les está permitido -aprobado- lo que escriben. Se les promueve. Y se induce -se forza- a que se les lea.

No es un tema de estética, ni siquiera de gramática ni de reglas -siempre impuestas, siempre obsoletas, siempre funcionales- de cómo se debe escribir. Es una función inteligente. Tiene un hermoso agregado, es lo que tolerado y elogiado. Para engañar la esencia se le envuelve en el papel de regalo. Es lo más vendido. Es the best seller.

Las causas humanas y las causas de la poesía

Es un hecho profundo y esencial. Comprende la esencia humana y su naturaleza. Trágicamente el mundo está dividido en segmentos, en secciones. Lo ideal era que hubiera sido por el color de la piel (que hermoso era el racismo por simple e imbécil) ahora es más profundo.

Pese a eso ahora en poesía está claro y preciso. Se clasifica a quienes -con su omisión, con su silencio, con castrar la realidad- lloran y lloran el beso que no dieron, la pasión que reprimieron, la fecundidad que no tiene.

¿Entonces?

Hay que condenar a los que cruzan las tormentosas calles del tráfico -intencionalmente- enloquecido. A los que creen en el amor fecundo, de mujeres y muchachos, adultos y ancianos sanos, apasionados. Hay que condenar a esos que escriben que hay presente y hay futuro para la humanidad. Que por difícil -imposible- que sea este momento amanecerá para todos.

Hay que excluir de las taxonomías -casi prohibirlos, no publicarlos e impedir su circulación- a los que afirmen que la vida, siempre, pero siempre, será más grande que la muerte.

Hay que no-clasificar a quienes saben -y lo dicen- que hay hambre, hay violencia -descarnada, grotesca, obvia, de bolsas de plástico que asfixian- Y hay otra violencia la sutil, la refinada y delicada -la legalizada- que en nombre de la santidad impúdica de la libre rapacidad -free patriotic act- se despoja del petróleo, de la tierra fértil, de sus razones ?de pueblo, de nación- a los seres humanos. Ya no hay México, ya no hay nación ni solar p atrio, ahora somos globalizados y globalizantes. Se les vende un libre mercado inexistente. Que arte poética hace que se venda -no el cielo- sino un mercado libre que no existe. ¿Habrá mayor fantasía, realidad virtual y brutal enriquecimiento, de venderle a millones de seres humano un objeto inexistente y que además lo compren?

En la alborada del nuevo mundo

Ha nacido -escribe, lucha y vive- la generación que descubrió los grandes mitos contemporáneos. ¿Acaso -tu hombre, mujer- que vas en el camino -Song on the road- no ves el mito de la democracia? ¿Acaso no ves que hay uso y abuso de la estadística? ¿Acaso no has oído que hay fraudes electorales en la Florida? Magia de magia, alquimia electoral de la antigua alquimia tricolor mexica. No. No te equivoques. Esa victoria no celebra con pulque su victoria. Esos victoriosos celebran su triunfo con bombas inteligentes que arrasan museos el botín es el petróleo no el congreso de la unión y las diputaciones.

Los clasificadores gritan. Que nadie vea que la biblioteca más antigua del mundo y cientos de miles de niños bellos, ardientes muchachos y muchachas, venerables ancianos, están siendo destruidos en este instante. Y los clasificadores vuelven a gritar: serán clasificados quienes ignoren el dolor humano. Y como el gran presidente -es poético en inglés- sólo existen los que están con nosotros. No existen quienes prediquen la fe y el amor entre los humanos.

Oscurecer la poesía es oscurecer el mundo

Genial. Absolutamente genial. Es la tecnología del poder. Inventar cómo oscurecer la luz del día. Es sacrificar cada fotón en el esfuerzo porque reine las tinieblas. Clasificar como los mejores ?the best of the best- a quienes en santa peregrinación al reino -de este mundo obvio- induzcan a que se borre, se ponga -delete- y sólo haya poesía que persista en repetir que -todo- absolutamente todo es una muerte sin fin.

La realidad, cada beso, cada abrazo, cada amanecer y su sinfonía de genomas, cada gesto lleno de gigas de gigas de energía, dice que la vida es la más grande hazaña que han inventado los seres humanos. Y que eso merece un poema, aunque no se esté clasificado.

La poesía -como las piedras, como las flechas, como las alas y las turbinas- son para luchar, para vivir y para vivir en México y el mundo. Vivir en un mundo nuevo que hay que construir. Nadie lo ha inventado ni existe. Hay que hacerlo. Y quienes estén en el otro lado, en la otra trinchera, afirma que sólo existe la muerte. Los clasificados ?como buenos poetas- observan la regla. Hay que escribir cosas que no se entienda, que produzcan rechazo por la poesía, por la literatura y la lectura, por la pintura y a todo lo que signifique vida.. Estos son los que pueden estar clasificados.

Sólo hay un pequeño hecho. Quienes están con la destructividad no están por la vida.

Una conquista irrenunciable

Gloriosamente se escribe para luchar, para vivir. No es derecho. No es para ser clasificado. Se hace en el coro glorioso de acciones armónicas que van delineando protón, por protón, un nuevo electrón tras otro; y si hay objetos más pequeños, pues esos, se ponen con cada letra, con cada oración, en cada trazo, en cada acorde. Con cada poema que invita a vivir y a luchar. Aunque no se esté clasificado. ¿Qué se logra? Vivir y vivir dignamente. Saber, conocer por qué, para qué y cómo se escribe. La causa es infinita se escribe porque es la vida y se escribe para la vida. Causa y consecuencia. Manantial, fuente y destino. Es la sed insaciable de vivir.

13nv04.