miércoles, julio 20, 2005

Mal empieza la semana al que secuestran en martes...

Apenas vamos en miércoles y el país parece un desmadre, por angas o por mangas, como diría mi papá.

Pero vayamos por partes:

1) El secuestro de Romano. Ayer secuestraron al técnico del Cruz Azul, equipo al que no le había ido muy bien últimamente, por aquello de los dopados Galindo y Carmona. Todo parece indicar que se trató de un comando armado muy bien organizado, no de improvisados, pues habían robado un día antes los carros en los que perpetraron el crimen y portaban armas largas. Hay dos hipótesis: que son de la misma banda de los que secuestraron a las hermanas de Thalía, o que son judiciales que recibieron el encargo de secuestrar a alguien visible para hacérsela de jamón al Peje, ya que lo hicieron a plena luz del día y con ostentación de fuerza, como par que todo mundo se diera cuenta, y que sería parte de la campaña sobre la violencia en la ciudad, ésa donde sale un señor enseñando sus manos sin dedos y ahora sale la actriz Marta Cristiana llorando por el secuestro de sus hijos. Y todavía falta Talina Fernández.

De cualquier forma, llama la atención la imbecilidad de los reporteros y comentaristas deportivos cuando les tocan este tipo de noticias. Por ejemplo, en el programa de Raúl Orvañanos en Radio Fórmula un idiota que lo acompaña se escandalizó porque las autoridades no habían abierto ninguna averiguación porque nadie había denunciado la desaparición de Romano. "Cómo es posible; deberían investigar estos casos de oficio", dijo el dizque periodista. No soy abogado, pero sé que al ser un delito del fuero común, la desaparición de personas no se persigue de oficio. Sólo se persiguen de oficio los delitos federales, los denuncie alguien o no, como el narcotráfico o la evasión fiscal, por ejemplo. Para todos los demás delitos, alguien tiene que levantar la denuncia para que se inicie la averiguación previa, por más famoso que sea la víctima. Cuantimás en un caso de secuestro, donde los familiares tienen que esperar primero a establecer contacto con los secuestradores, y éstos generalmente exigen que no se dé aviso a la policía. Esto sale hasta en las películas. Pero cómo vamos a exigirles un poquito de cultura a la gran mayoría de los comentaristas deportivos, que a duras penas saben deletrear el nombre de los jugadores.

2) El caso Noticias de Oaxaca. Resulta que al gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz, y antes que él, a José Murat, alias el Autoatentado, les caía en la punta del basto un periódico local llamado Noticias porque les sacaba sus trapitos al sol. Un día tramaron cómo darle en la torre al periódico y fraguaron una huelga hechiza con el apoyo de un diputado líder de la CROC (que es como la CTM, pero peor). 31 periodistas del periódico quedaron secuestrados en las instalaciones y desde ahí siguieron sacando puntualmente el periódico, hasta que hace un par de días llegó un comando de porros y policías, encabezados por el subprocurador de justicia local, y los sacaron a punta de pistola y destruyeron muebles y equipo de cómputo.

Primero: ¿no es raro que si son trabajadores, destruyan el patrimonio de la empresa donde trabajan? Segundo: ¿por qué no hace nada el gobierno federal? Apenas el sábado, Fox dijo que iba a "meter manos" en el asunto, y el mismo día del asalto Marta Sahagún estuvo en la Guelaguetza al lado de Ulises Ruiz. El Secretario de Gobernación, monseñor Abascal, censuró al gobierno de Ruiz por el manejo del conflicto, y el porro mayor del estado, todo envalentonado, le respondió con un desplegado en todos los periódicos, donde le dice que ni se meta y que entere mejor de las cosas. En entrevista con la tele, Ruiz dijo que "le daba risa" todo el asunto. A nosotros también nos da risa, pero de nervios, al ver tanta desfachatez impune.

3) La píldora del día siguiente. Ya que hablamos de monseñor Abascal, de nueva cuenta se da un desaguisado entre miembros del gabinetazo (y el voz-cero presidencial, don Rubencito Aguilar y Somellera, de vacaciones, sin poderlo enredar más). Ahora le tocó el turno al doctor Frenk, cuya secretaría incluyó en el cuadro básico de medicamentos la dichosa pastillita. El cavernal Norberto Rivera puso el grito en el cielo y Abascal lo secundó, diciendo que se iba a "analizar" el asunto. Frenk respondió que cuál analizar si ya estaba analizado por quienes tenían que analizarlo y hasta estaba publicado en el Diario Oficial, o sea que era de a fuerzitas, le guste o no le guste a la jerarquía católica. No obstante, Abascal sigue en la necia y parece que se avecina otra bronca, pues todo parece indicar que la ultraderecha viene por todas las canicas.

4) El Chiquihuitazo II. Pues resulta que Javier Moreno Valle por fin había conseguido que alguien se apiadara de él y le prestara una lana para tomar chocolate y pagar todo lo que debe y levantar la huelga de Canal 40. Pero resulta que los que le prestaron la lana son los de Telemundo, televisora hispana ligada a NBC y ésta a su vez a la General Electric. El sindicato dijo que si no le pagaban completo el adeudo no levantaba la huelga, la SCT dijo que no sabía de dónde venía la lana, pero que si era extranjera estaba prohibido que los extranjeros invirtieran mayoritariamente en medios en México (¿y los españoles de PRISA en Radiópolis, que tienen el 50 por ciento de las acciones?), y la Güera Rodríguez Alcaíne, alias el Periquín, alias el Cuñado de los Periodistas, dijo que Moreno Valle es "un gangster" (el comal le dijo a la olla). Todo parece indicar que otro gangster, Ricardo Salinas Pliego, se va a salir con la suya y se va a quedar con el Canal 40. Así mata dos pájaros de un tiro: se desquita de todas las que le hizo Moreno Valle, quedándose con el canal, y evita que entren los gringos a la TV en México.

Digo yo: ¿para qué quiere más canales TV Azteca si, a excepción de Los Simpson, nada más pasa pura basura?

5) El Huracán Emily. Pues parece que no hubo pérdidas humanas, pero las materiales han sido cuantiosas y quién sabe cuánto tiempo tarden en recuperarse todas las familias pobres que se quedaron sin hogar a consecuencia del paso del huracán Emily por nuestro país. En algunos lugares todavía hay personas que no la han visto llegar desde el huracán Gilberto y ahora les vuelve a llover. Por lo menos en esto la televisión ha estado a la altura, reportando puntualmente y alertando a la población. Que sirvan por lo menos para eso, ya que se están metiendo tanta lana con los spots de los precandidatos. Si así está ahorita, imagínense cómo se va a poner cuando ya sean las campañas.