La culpa no es de Memín Pinguín
¿Y los descendientes de éstos son los que dicen que
Memín Pinguín es un "estereotipo racista" que
"no tiene cabida en el mundo moderno"?
¿Quién lo iba a decir, no? Que Memín Pinguín sería motivo de un desaguisado diplomático.
Pero la culpa no es de mi tocayito sino del enfermo mental (léanse el Proceso de esta semana) que buena parte de los mexicanos eligieron en el 2000 como Presidente (a mí ni me vean: yo voté por Cárdenas), pues hay que recordar que hace unas semanas se aventó la puntada de decir que los mexicanos en EU hacían trabajos que "ni los negros querían hacer". No se sabe si los gringos (negros, blancos o colorados) se ofendieron porque les dijeron negros (y no la mamonería políticamente correcta de "afroamericanos") o porque les dijeron que son unos huevones que ya no quieren ni trabajar, y que muchos de ellos se han vuelto unos vividores del sistema de asistencia social de los EUA, que quieren terminar metiéndose de narcos o de cantantes de rap, o de basquetbolistas.
Así, los estúpidos corresponsales de The New York Times y The Washington Post en México interpretaron la aparición de la estampilla como una corroboración de lo dicho por Fox y se dieron gusto en sus notas, y la Casa Blanca lo aprovechó para fregar al gobierno de Fox, dado que éste se negó a disculparse (lo cual estuvo bien, pero el asunto es que se mantuvo en la necia de que "lo malinterpretaron" y que no dijo lo que dijo). Y el imbécil vocero de la Casa Blanca (parece que es requisito para ocupar ese puesto tanto aquí como allá) "exigió" (juar, juar) que se retiraran de inmediato las estampillas del Memín Pinguín. Y el reverendo Jackson (no Michael, sino Jesse) también exigió que Fox le pidiera de nuevo disculpas (lo que pasa es que quiere regresar a México, pues la otra vez no le dio tiempo de echarse unos tacos de moronga).
Por cierto, en todos los noticieros de tele dicen "Pingüín", con diéresis, cuando no la lleva, pues se refiere a "pingo", travieso, diablillo, no a "pingüe". De nada.
En una de esas los gringos van a censurar a Cri Crí, por el "Negrito Sandía", o a la Sonora Dinamita con eso de "¿Qué será lo que quiere el negro?"
Lo malo es que ya renunció Patricia Olamendi, la subsecretaria a la que le encantaba pedir disculpas por las estupideces de sus jefes. Lástima.
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