El entrenamiento
"Mi entrenamiento consiste en levantarme a las 7:00 a.m. Desayunar y bañarte en treinta minutos.
A las 7:30 leer el primer cuento.
A las 8:15, el segundo; el tercero a las 9:00; 9:45 el cuarto y el último a las 10:30.
Después salgo hacia el centro con la intención de escuchar los diálogos y tratar de conversar con al menos, cuatro personas de apariencias y edades diferentes. Anoto lo que me parezca interesante, pero sólo anotaciones de dos o tres líneas.
Para las 12:00 tengo que estar en una banca de algún parque, bajo los árboles, para mirar el movimiento de las cosas, ver caminar a las personas e imaginar el rumbo hacia donde se dirigen. De ahí me regreso a casa para comer a la 1:00.
Descanso de 1:30 a 3:00, y si es posible, duermo en ese tiempo.
De 3:00 a 3:30 leo el sexto cuento del día; a las 4:20 el séptimo; el octavo a la 5:00; noveno a las 6:00 y el último a las 7:00, para terminar a las 8:00.
De ahí paso a cenar, y a las 8:30 camino por la calle hasta las 9:30 que regreso a la casa.
A esa hora voy hacia la habitación y me siento frente a la máquina de escribir, esperando que todo el entrenamiento haya valido de algo."
(Tomado de El ritmo que nos mueve)
A las 7:30 leer el primer cuento.
A las 8:15, el segundo; el tercero a las 9:00; 9:45 el cuarto y el último a las 10:30.
Después salgo hacia el centro con la intención de escuchar los diálogos y tratar de conversar con al menos, cuatro personas de apariencias y edades diferentes. Anoto lo que me parezca interesante, pero sólo anotaciones de dos o tres líneas.
Para las 12:00 tengo que estar en una banca de algún parque, bajo los árboles, para mirar el movimiento de las cosas, ver caminar a las personas e imaginar el rumbo hacia donde se dirigen. De ahí me regreso a casa para comer a la 1:00.
Descanso de 1:30 a 3:00, y si es posible, duermo en ese tiempo.
De 3:00 a 3:30 leo el sexto cuento del día; a las 4:20 el séptimo; el octavo a la 5:00; noveno a las 6:00 y el último a las 7:00, para terminar a las 8:00.
De ahí paso a cenar, y a las 8:30 camino por la calle hasta las 9:30 que regreso a la casa.
A esa hora voy hacia la habitación y me siento frente a la máquina de escribir, esperando que todo el entrenamiento haya valido de algo."
(Tomado de El ritmo que nos mueve)
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