El Indecible opina sobre El Código Da Vinci

Pues resulta que mi amiga Claudia Castro me entrevistó para que diera mi opinión sobre la prohibición de El Vaticano contra El Código Da Vinci. Yo pensé que mis dislates aparecerían entre los de muchos otros, pero me dedicó la nota completa.

Gracias Clau, por contribuir a mi desprestigio, jeje.

Se elevará venta de Código Da Vinci: analista

La negativa de la Iglesia Católica para leer la novela de Dan Brown no hará otra cosa que elevar la demanda de este libro, opina Guillermo Vega

Redacción Online
El Universal online
Ciudad de México
Jueves 17 de marzo de 2005

17:14 "La reciente campaña de la Iglesia Católica contra El Código Da Vinci de Dan Brown no hará otra cosa que elevar aún más las ventas de este libro, precisamente porque eso es lo que buscó desde el principio: Explotar el morbo de una sociedad ávida de 'misterios' y asuntos escandalosos", opinó el escritor Guillermo Vega.

El también periodista afirmó a EL UNIVERSAL online que "ya el crítico francés Roland Barthes decía que para enseñarle a alguien dónde estaba su deseo tan sólo había que prohibírselo, y eso es exactamente lo que está haciendo el Vaticano".

En este sentido Vega dijo que la Iglesia está censurando el libro por las razones equivocadas.
"Si por algo habría que prohibir el libro es por su baja calidad. Se trata de un best-seller tramposo y mal escrito", aseveró.

El martes pasado, el arzobispo de Génova, el cardenal Tarcisio Bertone pidió no leer El Código Da Vinci porque a su juicio está llena de errores que falsean "la verdad histórica de los Evangelios".

"No se hace una novela falseando los datos históricos o maldiciendo o difamando la historia de la Iglesia, en la historia de la humanidad", declaró Bertone.

En opinión de Vega Zaragoza, escritores serios como Mario Vargas Llosa han alertado sobre el peligro de este tipo de libros ?light?, que estafan a los lectores bisoños, quienes creen estar consumiendo algo valioso, cuando en realidad se trata de chatarra.

Libros como los de Dan Brown son falsificaciones baratas, que no nutren y que sólo sirven para engordar los bolsillos de las grandes editoriales multinacionales, concluyó.

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