viernes, noviembre 19, 2004

Confesiones de un ciber-analfabeta funcional

Por Francisco Fernando Meza Sánchez

Hablar de Internet hoy en día es hablar de un acto cotidiano, dicho acto es asumido por todos como algo común, es decir, el efecto de la inmediatez ya no es sorpresivo para nadie. El Internet y sobre todo el Messenger son herramientas de nuestros días, son lujos, accesorios, lugar de trabajo, lugar de amoríos, sitio donde un chino platica en inglés con un mexicano, habitación donde el ocio se virtualiza y el tiempo transcurre de tecla en tecla. Este fenómeno de libertad y libertinaje informativo, sólo podría tener comparación histórica con la invención de la imprenta. ¿Qué pensaría el Fraile Sagarraga que en 1536 trajo la primera imprenta a México si pudiera ver una sesión de Internet? Quizás no hay que ir tan lejos, mi abuela todavía no concibe la idea de que alguien este conectado simultáneamente con diferentes personas que se encuentran en diferentes partes de mundo. Sin embrago, mi primo de tan sólo 16 años es mi asesor para cualquier problema que se me presente en estos laberintos tecnológicos.

Yo me asumo como un ciber-analfabeta funcional, soy capaz de revisar mi correo, encontrar algunas direcciones en la red, de vez en vez platicar por el Messenger, en fin, solamente puedo llevar a cabo tareas de excesiva sencillez. Esta posición carente frente a la red, se debe a un desconocimiento del lenguaje con que dicha red funciona. En mi oficio como escritor esta aparente carencia se refleja de inmediato. Me resulta exhaustivo leer en una pantalla y escribir directamente en la computadora me es imposible. Yo he escuchado a otros decir lo mismo y justificar estas ideas a partir de una posición romántica, es decir, ?el escritor únicamente con su pluma en medio de una noche enfurecida combate con la blancura de la hoja?. Algún tiempo atrás yo creía en este tipo de reflexiones, me parecía una traición a la mística del poeta que los nuevos escritores construyeran sus obras directamente desde el teclado o que leyeran a los clásicos desde una página del sistema virtual. Ahora pienso que cada quien construye su obra desde su percepción y que las condiciones físicas del acto de la escritura, obedecen a elecciones particulares en fin, el habito no hace al monje.

Hace poco, el maestro Everardo Mendoza reconocido lingüista mexicano, hablaba de la desaparición de las conjugaciones en futuro dentro de nuestro idioma, esta declaración esta justificada por encuesta y estudios de índole dialectal, en fin, hoy nueve de cada diez veces que se utiliza una oración que indique futuro, se hace con un verbo auxiliar y el otro en infinitivo: dormiré la siesta ? voy a dormir la siesta, cantaré mañana ? voy a cantar mañana, etc. Mi pregunta más allá de los números arrojados por una estadística, fue si el origen de este fenómeno podría vincularse con la cultura de la inmediatez, y si es así por lo tanto, conectarse directamente con el fenómeno del Internet. Algo es cierto, hoy por hoy los jóvenes encuentran sus modelos lingüísticos fuera de la escuela y fuera de los libros, por lo tanto, la red puede ser asumida por ellos como un paradigma idiomático.

Estas arriesgadas reflexiones me hacen recordar un apuntalamiento del filósofo español Ortega Y Gasset, el cual decía que la cultura occidental se enfrentaba a un problema gigantesco, dicho problema era el de encontrar sitio. Yo creo que los espacios virtuales del diasistema de la red, responden agudamente a este apuntalamiento, porque, la interacción dentro del sistema crea la ilusión de un espacio, es decir, puedes encontrar una dirección solucione las necesidades de bibliografía y por ello ocupe el espacio de una biblioteca o puedes usar un buscador como el Kazza que solucione la demanda de música o cine. Otro gran pensador Spengler anunciaba en su libro ?La decadencia de occidente?, que la desaparición del mito como factor de unión social propiciaría el colapso de las sociedades europeas, pero ¿la red no es surtidor de mitos?

El Internet crea y destruye mitos minuto por minuto, el hombre animal pensante encerrado en las urbes. Está determinado desde su nacimiento por un rol social o familiar, en fin, las ideas de Federico Engles aún no son tan lejanas. Encuentra como un lugar cómodo y habitable el ciber-espacio. De todas las múltiples funciones que pueden encontrarse en el diasistema en cuestión, (entendamos diasistema como un sistema de sistemas), hay una que sobresale de las demás, me refiero al Messenger. Este software esta diseñado para la comunicación masiva. En un inicio, que en estos momentos no resulta casi prehistórico, el programa operaba con mensajes escritos fundamentalmente. En la actualidad el mensaje escrito sigue siendo lo esencial de dicho programa, pero este ya cuenta con un gran número de accesorios como: video cámara, iconos, capacidad de mandar fotografías, música, etc. Entre todas estas funciones el Nick ocupa un lugar especial en el gusto de los conversadores virtuales. Yo pienso que es interesante observar el comportamiento instintivo de la gente que utiliza el Nick como un hábito. Algunos escriben versículos de la Biblia, otros escriben chistes, reflexiones, noticias, los muy sensibles ponen algún verso, etc. Lo destacable es que la tarea de este mensaje es precisamente modificar a otro mensaje, nos enfrentamos a un juego de espejos, a una estructura en abismo, es decir, si el que utiliza el Chat se encuentra de buen humor pone su Nick una oración que represente dicho estado anímico, pero el tema de su conversación puede ser otro, sin embargo, el mensaje acompañante modifica al otro, ya sea inconsciente o concientemente. Yo pienso que esto es consecuencia del efecto de simultaneidad que los programas intentan proyectar, puesto que, no solamente puedes estar expresando la idea sino también bosquejar un estado anímico, claramente este estado es como un maniquí.

Para finalizar, debo decir que la vocación creativa no puede encasillarse en un método, la creación debe responder a la experiencia sensible de cada autor, si un autor X se siente cómodo escribiendo directamente del teclado o se siente cómodo haciéndolo con una pluma de ganso mientras recita el ?Brindis del bohemio?, ambos deberán ser criticados por su obra y no por sus condiciones tecnológicas, cabe decir, que aunque muy lejano el bolígrafo también es fruto de la tecnología, por ejemplo en mi caso, prefiero utilizar el bolígrafo, puesto que, creo que escribir a mano me dicta una cadencia y de tal manera mi percepción se adapta a su tiempo. Por otro lado confieso que mis observaciones sobre el comportamiento del Internet, son frutos de observaciones cotidianas, son esos tipos de reflexiones que uno piensa, pero que jamás cree escribirlas, como lo dije antes soy un ciber analfabeta funcional que navega en la red pero que con la menor provocación o traba naufrago en cualquiera de sus espacios artificiales.

(Poeta y escritor de Sinaloa. Texto leído en el II Festival de la Literatura del Noroeste el 12 de noviembre de 2004 en Tijuana, BC)

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

nose aun quien leera estas simples palabras, ni hasta cuando esto sucedera y aunque me hubiese gustado hacerlo con un boligrafo al igual que tu, en esta ocasion no pude, pues nose como localizarte espero poder ponerme en contacto contigo francisco, dejo mi correo por si alguien sabe en donde localizarte y si eres tu directamete lo agradecere.... heidy_tm@hotmail.com

9:31 a.m.  

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