Blogósfera, un vistazo
Sin permiso, me atrevo a postear este interesante artículo del buen Edilberto Aldán, publicado en agseso.com.
Blogósfera, un vistazo
por Edilberto Aldán
El amorfo océano de Internet
En el discurso de aceptación del Premio Internacional Catalunya 2002, el maestro Harold Bloom confesó que Internet le provocaba horror y que se fundaba ?por cómico que parezca, en algo que es una carga perpetua en mi vida: cada nuevo día trae su pila de obras maestras que yo no he pedido: poemas, cuentos, obras de teatro, novelas, ya en manuscrito, ya en galeradas o encuadernadas.
No puedo responder, y a estas alturas es probable que no lo hiciera aunque pudiera. Millones de nuevos escritores, en todas las lenguas, publicarán en la red: ¿quién distinguirá entre ellos? ¿Quién los diferenciará? ¿Cómo podemos hablar del futuro de las formas literarias cuando flotarán en el enorme y amorfo océano de Internet? Nadie tendrá la fuerza necesaria para afirmar que una mente, un talento individual sobresale de ese océano de muerte, el mar universal de un caos que regresa? (en El futuro de la imaginación. Editorial Anagrama).
No puede estar mejor explicado el sobresalto que provoca el fenómeno de la literatura en Internet, ahí en la red todo el conocimiento a la mano, abrumador, sin embargo, considero que hay un error de apreciación por parte del maestro Bloom, ¿por qué es necesario distinguir entre estos millones de escritores?, ¿para qué premiar con laureles ese talento individual cuando mucho del vigor y potencial de ese océano es, precisamente, que no requiere de premiaciones sino solamente de la lectura? En ese mismo discurso el autor de El canon occidental señaló algunas pistas sobre el futuro de la narrativa en la era de la información, entre ellas destaca una: el arte narrativo será una elipsis, ese que ?en la transición entre memoria oral y escrita, nos cautiva con la autoridad de historias contadas sólo en parte?, a quien esto escribe le parece que los weblogs son el medio perfecto para ese tipo de arte narrativo, va un vistazo.
¿Weblog, blog, bitácora?
¿Qué es un weblog? El término se le debe a Jorn Barge, escritor estadounidense editor de Robot Wisdom, quien en 1997 unió el concepto ?Web? (red de Internet) y ?log? (diario de a bordo, libro de notas) para nombrar el trabajo que realizaba, algo tan simple como un espacio personal de escritura que se cuelga en Internet y al que cualquiera puede acceder y comentar lo que ahí se presenta, en general los también conocidos como blogs o bitácoras presentan los "post" (artículos o entradas) ordenados por fecha de publicación y un enlace para agregar comentarios, incluso algunos presentan la opción para ser enviados por correo electrónico.
Como hace no poco tiempo fue el ?boom? de las páginas personales y de las listas de correo, ahora es el turno de las bitácoras, tan solo en Technorati (sitio que se dedica al monitoreo de estos sitios) se contabilizan más de cuatro millones de blogs, mientras que un estudio de David Sifry reporta que apenas en julio pasado el número era de 3 millones, lo que implica un millón más en sólo tres meses, cada día se abren 12,000 nuevos blogs, es decir, se crea un weblog cada 7.4 segundos.
En Internet existen una gran variedad de sitios que ofrecen la publicación de una bitácora en forma gratuita (Blogger, TypePad, Ya.com, Blogia y Zona Libre, entre otros muchos) por lo que crear una es sumamente simple, teóricamente cualquier puede hacerlo (sin olvidar que en México únicamente 3, 742,824 viviendas contaban con computadora en el 2002 y de éstas sólo el 49% disponía de una conexión a Internet, con un total de usuarios de apenas el 10%, de acuerdo a datos del INEGI), de ahí el mencionado boom.
Otra característica de las bitácoras es que se enlazan con suma facilidad, creando comunidades inmediatas, el autor de un blog continuamente coloca un enlace ya sea a otra bitácora o a una página, por lo que el lector, en pocas líneas puede contar con una riqueza de fuentes ilimitada; además, existen múltiples directorios en los que a través de diferentes categorías se refieren las bitácoras existentes, en español están blog.dir, bitácoras.net y blogsmexico, un directorio de bitácoras mexicanas que ya contabiliza más de mil de estos sitios.
Bitácora y literatura, navegación
La relación entre literatura y las bitácoras es evidente, al contar con la posibilidad de un cuaderno electrónico en línea, los autores cuentan con una herramienta para la creación y publicación inmediata, claro, en línea, así como la facilidad de recibir retroalimentación por parte de los lectores. Un tema para estudiar a profundidad y que se relaciona con la cita de Harold Bloom líneas arriba, es cómo afectará la creación de estos espacios al ?arte narrativo?, así como la relación de los escritores con esta herramienta.
Aunque, en general son pocos los autores ?consagrados? que mantengan un blog -una búsqueda rápida muestra dos casos excepcionales William Gibson y Javier Marías- son los escritores más jóvenes quienes están empleando las bitácoras, un navegación somera lleva a los siguientes enlaces: La ciudad imaginada de Alberto Chimal, donde publica los textos que antes aparecen en medios impresos; Guillermo Vega Zaragoza ?postea? con frecuencia sobre la vida literaria en Sabes mi nombre, indaga mi teléfono; desde Zacatecas, Tryno Maldonado lleva a cabo un proyecto que titula Atari 2600; Cristina Rivera Garza mantiene No hay tal lugar; la de Pedro Ángel Palou se llama Diario de a bordo; Guillermo Fadanelli escribe en Porquería; Limbo la de Luigi Amara; Luis Humberto Crosthwaite tiene al menos tres proyectos, a los que se puede uno enlazar a través del blog que se olvida a sí mismo; Heriberto Yepez escribe en vanilocuencias; por mencionar algunos autores con libros publicados.
En esta navegación apresurada se deben mencionar otras bitácoras relacionadas con la literatura, ya sea porque contienen reseñas, como la excelente tertulia de los libros; difunden noticias sobre bibliotecas, códices y fomento a la lectura como amoxcalli, o bien gran parte de sus post tienen contenido ?literario?, como el árbol de los mil nombres de Agustín Fest; también, El blog de Magda, desde Veracruz; el de Adriana Sing, quien ha colocado diversos fragmentos de un poema de largo aliento (Canto a la deriva) en Ablucinaciones; la poeta Nadia Contreras desde Colima escribe el diario de una novela; introducción a la locura de Zerk Montecristo; una mayoría contundente de bitácoras se realizan desde la Ciudad de México, aunque Guadalajara, Monterrey y Tijuana no se quedan atrás; vale la pena comentar el fenómeno blog desde esta ciudad fronteriza, ya que además de explosivo es aguerrido, sobre todo porque muchas de las bitácoras que se elaboran desde esas tierras defienden la creación de espacios virtuales independientes de los medios impresos, con un lenguaje duro, sin medias tintas, destacan algunas bitácoras norteñas: el crossfader v.5000 de Rafa Saavedra; la forma y el fondo de Beguina Giordano; de Nacho Mondaca Humphrey Bloggart; el irreverente charquito de ektor henrique martínez y ya por último un atractivo ejercicio de Bruno Ruiz, un taller de creación literaria con minificciones como eje: hipertextos.
Lamentablemente, Aguascalientes no parece un campo propicio para la elaboración de bitácoras, tras mucho buscar solamente encontré dos enlaces, uno de ellos a un blog que se escribe desde Zacatecas y La cocina de Blo quien escribe desde Roma, aunque se siente ?aguascalentense? por haber vivido diez años en esta ciudad. Lejano parece el tiempo para organizar una comunidad de bitácoras en esta entidad o algún encuentro entre ?bloggers? como los que ya se realizan en otras ciudades de la República.
Bitácora y literatura, de regreso
De regreso a la cita de Harold Bloom inicial, ¿hay que temerle a este océano amorfo?, quien redacta estas líneas considera que no, además de que la relación entre las bitácoras y la literatura es, por decirlo de alguna manera, natural, estos sitios multiplican las posibilidades de ser leído, y a través de la retroalimentación con los lectores, se enriquecen, afilan o modifican las herramientas narrativas con que cuente el autor; hay que agregar que las bitácoras cuentan con la ventaja de no sólo funcionar como espacios de creación sino de promoción, uno que evita los canales oficiales y por estar diseñado por los autores tiene la posibilidad de conectar con mayor tino con el posible lector.
Otra vez el maestro Harold Bloom, quien dice ?para el lector, la búsqueda de lo Sublime siempre exigirá abandonar los placeres fáciles por otros más difíciles. En mi opinión el futuro pertenece, en parte, a una especie de literatura sapiencial elíptica, tal vez un verdadero regreso a Lewis Carroll y a visionarios afines de un mundo especular. Al mirar en un espejo, no vemos la realidad virtual. Vemos, en cambio, nuestra realidad, aunque muchas cosas queden fuera. La sabiduría determinará cuánto hay que omitir en esos torsos caros y elitistas que constituirán nuestra mejor narrativa en el futuro próximo?
Nada que temer entonces, en ese mar universal de un caos que regresa, las bitácoras se distinguen por su libertad, no hay árbitros, no hay editores, se encuentra el autor directamente con el lector; cierto que esta falta de filtros puede ocasionar textos de pésima calidad (que los hay y en abundancia), pero esa distinción ya corresponde a cada uno de los navegantes, a sus gustos, a sus fobias, no son ellos quienes tendrán que preocuparse por las cambiantes formas del arte narrativo, para los lectores quedará el placer y su búsqueda.
Blogósfera, un vistazo
por Edilberto Aldán
El amorfo océano de Internet
En el discurso de aceptación del Premio Internacional Catalunya 2002, el maestro Harold Bloom confesó que Internet le provocaba horror y que se fundaba ?por cómico que parezca, en algo que es una carga perpetua en mi vida: cada nuevo día trae su pila de obras maestras que yo no he pedido: poemas, cuentos, obras de teatro, novelas, ya en manuscrito, ya en galeradas o encuadernadas.
No puedo responder, y a estas alturas es probable que no lo hiciera aunque pudiera. Millones de nuevos escritores, en todas las lenguas, publicarán en la red: ¿quién distinguirá entre ellos? ¿Quién los diferenciará? ¿Cómo podemos hablar del futuro de las formas literarias cuando flotarán en el enorme y amorfo océano de Internet? Nadie tendrá la fuerza necesaria para afirmar que una mente, un talento individual sobresale de ese océano de muerte, el mar universal de un caos que regresa? (en El futuro de la imaginación. Editorial Anagrama).
No puede estar mejor explicado el sobresalto que provoca el fenómeno de la literatura en Internet, ahí en la red todo el conocimiento a la mano, abrumador, sin embargo, considero que hay un error de apreciación por parte del maestro Bloom, ¿por qué es necesario distinguir entre estos millones de escritores?, ¿para qué premiar con laureles ese talento individual cuando mucho del vigor y potencial de ese océano es, precisamente, que no requiere de premiaciones sino solamente de la lectura? En ese mismo discurso el autor de El canon occidental señaló algunas pistas sobre el futuro de la narrativa en la era de la información, entre ellas destaca una: el arte narrativo será una elipsis, ese que ?en la transición entre memoria oral y escrita, nos cautiva con la autoridad de historias contadas sólo en parte?, a quien esto escribe le parece que los weblogs son el medio perfecto para ese tipo de arte narrativo, va un vistazo.
¿Weblog, blog, bitácora?
¿Qué es un weblog? El término se le debe a Jorn Barge, escritor estadounidense editor de Robot Wisdom, quien en 1997 unió el concepto ?Web? (red de Internet) y ?log? (diario de a bordo, libro de notas) para nombrar el trabajo que realizaba, algo tan simple como un espacio personal de escritura que se cuelga en Internet y al que cualquiera puede acceder y comentar lo que ahí se presenta, en general los también conocidos como blogs o bitácoras presentan los "post" (artículos o entradas) ordenados por fecha de publicación y un enlace para agregar comentarios, incluso algunos presentan la opción para ser enviados por correo electrónico.
Como hace no poco tiempo fue el ?boom? de las páginas personales y de las listas de correo, ahora es el turno de las bitácoras, tan solo en Technorati (sitio que se dedica al monitoreo de estos sitios) se contabilizan más de cuatro millones de blogs, mientras que un estudio de David Sifry reporta que apenas en julio pasado el número era de 3 millones, lo que implica un millón más en sólo tres meses, cada día se abren 12,000 nuevos blogs, es decir, se crea un weblog cada 7.4 segundos.
En Internet existen una gran variedad de sitios que ofrecen la publicación de una bitácora en forma gratuita (Blogger, TypePad, Ya.com, Blogia y Zona Libre, entre otros muchos) por lo que crear una es sumamente simple, teóricamente cualquier puede hacerlo (sin olvidar que en México únicamente 3, 742,824 viviendas contaban con computadora en el 2002 y de éstas sólo el 49% disponía de una conexión a Internet, con un total de usuarios de apenas el 10%, de acuerdo a datos del INEGI), de ahí el mencionado boom.
Otra característica de las bitácoras es que se enlazan con suma facilidad, creando comunidades inmediatas, el autor de un blog continuamente coloca un enlace ya sea a otra bitácora o a una página, por lo que el lector, en pocas líneas puede contar con una riqueza de fuentes ilimitada; además, existen múltiples directorios en los que a través de diferentes categorías se refieren las bitácoras existentes, en español están blog.dir, bitácoras.net y blogsmexico, un directorio de bitácoras mexicanas que ya contabiliza más de mil de estos sitios.
Bitácora y literatura, navegación
La relación entre literatura y las bitácoras es evidente, al contar con la posibilidad de un cuaderno electrónico en línea, los autores cuentan con una herramienta para la creación y publicación inmediata, claro, en línea, así como la facilidad de recibir retroalimentación por parte de los lectores. Un tema para estudiar a profundidad y que se relaciona con la cita de Harold Bloom líneas arriba, es cómo afectará la creación de estos espacios al ?arte narrativo?, así como la relación de los escritores con esta herramienta.
Aunque, en general son pocos los autores ?consagrados? que mantengan un blog -una búsqueda rápida muestra dos casos excepcionales William Gibson y Javier Marías- son los escritores más jóvenes quienes están empleando las bitácoras, un navegación somera lleva a los siguientes enlaces: La ciudad imaginada de Alberto Chimal, donde publica los textos que antes aparecen en medios impresos; Guillermo Vega Zaragoza ?postea? con frecuencia sobre la vida literaria en Sabes mi nombre, indaga mi teléfono; desde Zacatecas, Tryno Maldonado lleva a cabo un proyecto que titula Atari 2600; Cristina Rivera Garza mantiene No hay tal lugar; la de Pedro Ángel Palou se llama Diario de a bordo; Guillermo Fadanelli escribe en Porquería; Limbo la de Luigi Amara; Luis Humberto Crosthwaite tiene al menos tres proyectos, a los que se puede uno enlazar a través del blog que se olvida a sí mismo; Heriberto Yepez escribe en vanilocuencias; por mencionar algunos autores con libros publicados.
En esta navegación apresurada se deben mencionar otras bitácoras relacionadas con la literatura, ya sea porque contienen reseñas, como la excelente tertulia de los libros; difunden noticias sobre bibliotecas, códices y fomento a la lectura como amoxcalli, o bien gran parte de sus post tienen contenido ?literario?, como el árbol de los mil nombres de Agustín Fest; también, El blog de Magda, desde Veracruz; el de Adriana Sing, quien ha colocado diversos fragmentos de un poema de largo aliento (Canto a la deriva) en Ablucinaciones; la poeta Nadia Contreras desde Colima escribe el diario de una novela; introducción a la locura de Zerk Montecristo; una mayoría contundente de bitácoras se realizan desde la Ciudad de México, aunque Guadalajara, Monterrey y Tijuana no se quedan atrás; vale la pena comentar el fenómeno blog desde esta ciudad fronteriza, ya que además de explosivo es aguerrido, sobre todo porque muchas de las bitácoras que se elaboran desde esas tierras defienden la creación de espacios virtuales independientes de los medios impresos, con un lenguaje duro, sin medias tintas, destacan algunas bitácoras norteñas: el crossfader v.5000 de Rafa Saavedra; la forma y el fondo de Beguina Giordano; de Nacho Mondaca Humphrey Bloggart; el irreverente charquito de ektor henrique martínez y ya por último un atractivo ejercicio de Bruno Ruiz, un taller de creación literaria con minificciones como eje: hipertextos.
Lamentablemente, Aguascalientes no parece un campo propicio para la elaboración de bitácoras, tras mucho buscar solamente encontré dos enlaces, uno de ellos a un blog que se escribe desde Zacatecas y La cocina de Blo quien escribe desde Roma, aunque se siente ?aguascalentense? por haber vivido diez años en esta ciudad. Lejano parece el tiempo para organizar una comunidad de bitácoras en esta entidad o algún encuentro entre ?bloggers? como los que ya se realizan en otras ciudades de la República.
Bitácora y literatura, de regreso
De regreso a la cita de Harold Bloom inicial, ¿hay que temerle a este océano amorfo?, quien redacta estas líneas considera que no, además de que la relación entre las bitácoras y la literatura es, por decirlo de alguna manera, natural, estos sitios multiplican las posibilidades de ser leído, y a través de la retroalimentación con los lectores, se enriquecen, afilan o modifican las herramientas narrativas con que cuente el autor; hay que agregar que las bitácoras cuentan con la ventaja de no sólo funcionar como espacios de creación sino de promoción, uno que evita los canales oficiales y por estar diseñado por los autores tiene la posibilidad de conectar con mayor tino con el posible lector.
Otra vez el maestro Harold Bloom, quien dice ?para el lector, la búsqueda de lo Sublime siempre exigirá abandonar los placeres fáciles por otros más difíciles. En mi opinión el futuro pertenece, en parte, a una especie de literatura sapiencial elíptica, tal vez un verdadero regreso a Lewis Carroll y a visionarios afines de un mundo especular. Al mirar en un espejo, no vemos la realidad virtual. Vemos, en cambio, nuestra realidad, aunque muchas cosas queden fuera. La sabiduría determinará cuánto hay que omitir en esos torsos caros y elitistas que constituirán nuestra mejor narrativa en el futuro próximo?
Nada que temer entonces, en ese mar universal de un caos que regresa, las bitácoras se distinguen por su libertad, no hay árbitros, no hay editores, se encuentra el autor directamente con el lector; cierto que esta falta de filtros puede ocasionar textos de pésima calidad (que los hay y en abundancia), pero esa distinción ya corresponde a cada uno de los navegantes, a sus gustos, a sus fobias, no son ellos quienes tendrán que preocuparse por las cambiantes formas del arte narrativo, para los lectores quedará el placer y su búsqueda.
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