De Nacho Trejo en Siempre!
Guillermo Vega Zaragoza: Antología de lo indecible
Por Ignacio Trejo Fuentes
Revista Siempre! número 2672
Guillermo Vega Zaragoza (Ciudad de México, 1967) es uno de los que suelen ser llamados "narradores natos", pese a que ha publicado poesía o quizá por eso. Y se infiere tras la lectura de su primer volumen de cuentos, Antología de lo indecible. Y como corresponde a los escritores de esa categoría, es capaz de sacarle jugo temático aun a las cosas, escenas, ambientes o personajes que en apariencia son intrascendentes: es una cualidad envidiable, porque de ese modo no padecen por escasez de material narrativo.
El libro contiene catorce textos de distinta extensión, aunque la mayoría es breve, y la variedad de temas no lo hace ver desorganizado, si no al contrario, le da fuerza y vitalidad. Y son precisamente los dos últimos elementos lo que distinguen el estilo de este periodista egresado de la UNAM y luego de la escuela de escritores de la SOGEM, y por eso se agradece su lectura.
El primer cuento tiene como personajes a Dante y Virgilio, para luego, en otro, establecer una disquisición en torno a la posible seducción de un ángel por parte de mortales. Más adelante nos topamos con jóvenes de lo más común y corriente que, no obstante, se quedan en la memoria de los lectores, como en el caso de los protagonistas de "Hombres perfectos".
En las historias contadas por Guillermo hay gran sentido del humor, así sea surgido de situaciones terribles; y prevalece el tono lúdico, y el erotismo en situaciones a veces poco favorables al desarrollo de aquél; me gustan historias como "El perro de Brasil", cuyo título puede sugerir cualquier cosa menos lo que en realidad lo propicia: los generosos dones sexuales de una chica llamada Brasil. "La culpa" juega asimismo con las ambigüedades del título, y es de los más interesantes del conjunto.
Como ya se dijo, Vega Zaragoza se mueve con similar pericia en los textos breves y en los de mayor aliento, lo que acusa lo auténtico de su oficio de que hablé al principio. Por lo mismo, ignoro cómo se vería digamos en el terreno de la novela: me gustaría saberlo.
Mientras tanto, recomiendo la lectura de Antología de lo indecible, cuyo gran mérito, entre muchos otros que posee, es sacar partido de asuntos que en manos de un escritor menos hábil se perderían en el cesto de la basura. En la cuarta de forros, el también cuentista Guillermo Samperio dice de su tocayo que es "un muchacho perverso, profundamente observador. Gusta de atrapar al bicho temático, clavarle un alfiler en la panza, quitarle patas y alas, ver cómo se mueve hasta la agonía y, finalmente, preservarlo entre algodones, para contarle, cariñoso, un cuento en las noches".
Por Ignacio Trejo Fuentes
Revista Siempre! número 2672
Guillermo Vega Zaragoza (Ciudad de México, 1967) es uno de los que suelen ser llamados "narradores natos", pese a que ha publicado poesía o quizá por eso. Y se infiere tras la lectura de su primer volumen de cuentos, Antología de lo indecible. Y como corresponde a los escritores de esa categoría, es capaz de sacarle jugo temático aun a las cosas, escenas, ambientes o personajes que en apariencia son intrascendentes: es una cualidad envidiable, porque de ese modo no padecen por escasez de material narrativo.
El libro contiene catorce textos de distinta extensión, aunque la mayoría es breve, y la variedad de temas no lo hace ver desorganizado, si no al contrario, le da fuerza y vitalidad. Y son precisamente los dos últimos elementos lo que distinguen el estilo de este periodista egresado de la UNAM y luego de la escuela de escritores de la SOGEM, y por eso se agradece su lectura.
El primer cuento tiene como personajes a Dante y Virgilio, para luego, en otro, establecer una disquisición en torno a la posible seducción de un ángel por parte de mortales. Más adelante nos topamos con jóvenes de lo más común y corriente que, no obstante, se quedan en la memoria de los lectores, como en el caso de los protagonistas de "Hombres perfectos".
En las historias contadas por Guillermo hay gran sentido del humor, así sea surgido de situaciones terribles; y prevalece el tono lúdico, y el erotismo en situaciones a veces poco favorables al desarrollo de aquél; me gustan historias como "El perro de Brasil", cuyo título puede sugerir cualquier cosa menos lo que en realidad lo propicia: los generosos dones sexuales de una chica llamada Brasil. "La culpa" juega asimismo con las ambigüedades del título, y es de los más interesantes del conjunto.
Como ya se dijo, Vega Zaragoza se mueve con similar pericia en los textos breves y en los de mayor aliento, lo que acusa lo auténtico de su oficio de que hablé al principio. Por lo mismo, ignoro cómo se vería digamos en el terreno de la novela: me gustaría saberlo.
Mientras tanto, recomiendo la lectura de Antología de lo indecible, cuyo gran mérito, entre muchos otros que posee, es sacar partido de asuntos que en manos de un escritor menos hábil se perderían en el cesto de la basura. En la cuarta de forros, el también cuentista Guillermo Samperio dice de su tocayo que es "un muchacho perverso, profundamente observador. Gusta de atrapar al bicho temático, clavarle un alfiler en la panza, quitarle patas y alas, ver cómo se mueve hasta la agonía y, finalmente, preservarlo entre algodones, para contarle, cariñoso, un cuento en las noches".
Guillermo Vega Zaragoza, Antología de lo indecible.
Plan Ce Editores (Serie La mosca Muerta)/ Conaculta, México, 2004; 108pp.
Plan Ce Editores (Serie La mosca Muerta)/ Conaculta, México, 2004; 108pp.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home