jueves, julio 29, 2004

El miedo a las mujeres

Mi amiga, la bella y laureada escritora Ana Romero, me escribió lo siguiente:

Como es sabido por todos los miembros de esta honorable lista, Memo Vega es también el autor de la antología de cuentos que titula este correo (Antología de lo indecible) y que Plan C publicó hace unas semanas.

Primero: ¡Felicidades, Memo!

Segundo: hay que leerlo

Tercero: "por sus obras los conocereis"y puesto que ya te leí, Memo, y algo más ya te conozco, me atrevo a preguntarte: ¿qué tanto miedo nos tienes a las mujeres? No mordemos a menos que la ocasión lo amerite, no somos frías calculadoras e incomprensibles, podemos fingirlo, pero eso es otra historia, a mí me parece que Satán exageró en el secreto.

Cuarto: "De fornications angelorum" me encantó.

Un abrazo grande que te abarque todito.

Ana Romero


Y yo le contesté esto:

Hola Ana:

Gracias por las felicitaciones.

Independientemente de que lo podamos platicar más en confianza, como gente civilizada, es decir, delante de una copa de alcohol, te adelanto que mis problemas con las mujeres empezaron cuando la mujer de mi vida me hizo creer que siempre estaríamos juntos y luego me di cuenta de que entre nosotros no podía haber nada más porque ella ya pertenecía a otro.

Es decir, cuando mi madre ya no quiso tener nada que ver conmigo porque estaba casada con mi padre. Eso sucedió como a los tres años de edad, cosa que todavía no supero y tuve que plasmar implícitamente y explícitamente en esos cuentitos, jajajajaja.

No lo entendí hasta que escuché un disco de Facundo Cabral, donde decía:

"Ahí va la mujer que me gusta
con el hombre que le gusta"

No es mi culpa:
estoy forzado a robar
porque he llegado muy tarde.
Desde antes de nacer
las cosas ya eran de alguien.

Por ejemplo:

"El Quijote" era de Miguel de Cervantes,
"Hojas de hierba" de Whitman,
"Tristán e Isolda" de Wagner,
España era de Franco.
el "Guernica" de Picasso,
Sofía Loren de Ponti,
el "Oscar" de Marlon Brando,
la gloria era de Gardel,
las vacas eran ajenas,
y si quedaba algo más
de eso ya nada queda.

Hasta la misma injusticia
ya tenía propietario
como la desesperanza
es privilegio del tango.

Si me gusta una mujer
está de novio o casada.
Si soy ladrón
es por culpa de la propiedad privada.
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Pero no, no es miedo, nomás precaución. jejeje.

Te mando un beso (no, mejor dos) y otro abrazo grande.

Guillermo