Renato Leduc
Ayer, con motivo de mi cumpleaños (que será el 14 de mayo), mi querida amiga Ángeles, a quien ya tenía muchísimo tiempo de no ver (como ocho meses), me regaló un bonche de libros de y sobre Renato Leduc, gran poeta, escritor, periodista y bohemio si los hay.
Ángeles los usó hace mucho tiempo para su tesina en la UAM y el méndigo de Álvaro Ruiz Abreu (su maestro de entonces) le puso un seis, porque se atrevió a decir que no le gustaba la obra de don Ren.
Lástima, a mí sí me gusta y mucho. Me parece un escritor poco estudiado y apreciado, al que habría que releer y rescatar. Quizá porque siempre estuvo en contra de las capillitas intelectuales y le gustaba más la onda cantinesca y bohemia se le ha relegado.
De Renato por Leduc, un libro de entrevistas realizadas por José Ramón Garmabella, entresaco una selección de ideas:
“Un intelectual se supone que es el profesional que trabaja con la inteligencia. Sin embargo, la verdad es que he conocido a muy pocos que lo consigan, porque generalmente son gente que en su materia hacen muy bien las cosas, pero en las cuestiones esenciales de la vida fallan lamentablemente… yo conozco a muy buenos médicos, abogados, literatos, economistas, etcétera, que cuando se han enredado con una mujer los han parado de cabeza, con lo cual su inteligencia ha salido sobrando.”
“Y es que si quiere conocer a un hombre, hay que verlo en relación con el dinero y las mujeres: si falla en alguna de esas cosas, el tipo vale un carajo así sea un genio en su materia”.
“Por lo que atañe al dinero, tengo dos o tres amigos que se han preocupado porque sus hijos sean unos genios y los han enviado a estudiar a distintas universidades en el mundo a realizar cursos de postgrado y cosas por el estilo…”
"Sin embargo, nos obstante que esos hijos de mis amigos saben un chingo sobre la materia estudiada, son incapaces de ganarse un peso y viven a expensas de los ingresos de sus respectivos padres.”
"Y luego, con respecto a las mujeres, los llamados intelectuales fallan horriblemente porque yo creo que las aburren con su solemnidad.”
“Así las cosas, me parece que el verdadero intelectual es aquel que actúa de acuerdo con las circunstancias, pues hace muchos años leí a un filósofo llamado Max Sheller, el cual en su libro decía una frase que me impresionó y que aún la recuerdo: lacultura no es esencia de saber sino esencia de ser…”
"Y yo creo que Sheller tenía toda la razón del mundo, porque hay eruditos que son unos cabrones barbajanes así se sepan de memoria el Diccionario de la Lengua Española… Por esto opino que la cultura son las reacciones que uno tiene frente a los problemas vitales con los que hay que enfrentarse a diario e intempestivamente, y si uno —así sea un genio en alguna materia— no los sabe resolver, pues la inteligencia valdrá una chingada, de tal suerte que un buen conocimiento de la vida vale más que cualquier erudición…”
“Por lo demás opino que el verdadero intelectual es aquel hombre que sepa ser y estar en cualquier situación que se le presente, es decir, es un individuo que debe saber torear la vida… Así, la mejor universidad es la vida misma, pues el hombre que ande de arriba para abajo y un día carece de lo necesario hasta para comer y al día siguiente come en abundancia, será el individuo que sabrá cosas más importantes que las que se aprenden en cualquier centro universitario.
“Claro que no menosprecio a un tipo que se encierre en su castillo de marfil y que sepa mucho sobre una materia determinada —lo cual, indiscutiblemente, es un mérito—, pero también considero que nunca será una persona idónea para aconsejar acerca de problemas verdaderamente fundamentales como son los que surgen en el acontecer diario…”
Ángeles los usó hace mucho tiempo para su tesina en la UAM y el méndigo de Álvaro Ruiz Abreu (su maestro de entonces) le puso un seis, porque se atrevió a decir que no le gustaba la obra de don Ren.
Lástima, a mí sí me gusta y mucho. Me parece un escritor poco estudiado y apreciado, al que habría que releer y rescatar. Quizá porque siempre estuvo en contra de las capillitas intelectuales y le gustaba más la onda cantinesca y bohemia se le ha relegado.
De Renato por Leduc, un libro de entrevistas realizadas por José Ramón Garmabella, entresaco una selección de ideas:
“Un intelectual se supone que es el profesional que trabaja con la inteligencia. Sin embargo, la verdad es que he conocido a muy pocos que lo consigan, porque generalmente son gente que en su materia hacen muy bien las cosas, pero en las cuestiones esenciales de la vida fallan lamentablemente… yo conozco a muy buenos médicos, abogados, literatos, economistas, etcétera, que cuando se han enredado con una mujer los han parado de cabeza, con lo cual su inteligencia ha salido sobrando.”
“Y es que si quiere conocer a un hombre, hay que verlo en relación con el dinero y las mujeres: si falla en alguna de esas cosas, el tipo vale un carajo así sea un genio en su materia”.
“Por lo que atañe al dinero, tengo dos o tres amigos que se han preocupado porque sus hijos sean unos genios y los han enviado a estudiar a distintas universidades en el mundo a realizar cursos de postgrado y cosas por el estilo…”
"Sin embargo, nos obstante que esos hijos de mis amigos saben un chingo sobre la materia estudiada, son incapaces de ganarse un peso y viven a expensas de los ingresos de sus respectivos padres.”
"Y luego, con respecto a las mujeres, los llamados intelectuales fallan horriblemente porque yo creo que las aburren con su solemnidad.”
“Así las cosas, me parece que el verdadero intelectual es aquel que actúa de acuerdo con las circunstancias, pues hace muchos años leí a un filósofo llamado Max Sheller, el cual en su libro decía una frase que me impresionó y que aún la recuerdo: lacultura no es esencia de saber sino esencia de ser…”
"Y yo creo que Sheller tenía toda la razón del mundo, porque hay eruditos que son unos cabrones barbajanes así se sepan de memoria el Diccionario de la Lengua Española… Por esto opino que la cultura son las reacciones que uno tiene frente a los problemas vitales con los que hay que enfrentarse a diario e intempestivamente, y si uno —así sea un genio en alguna materia— no los sabe resolver, pues la inteligencia valdrá una chingada, de tal suerte que un buen conocimiento de la vida vale más que cualquier erudición…”
“Por lo demás opino que el verdadero intelectual es aquel hombre que sepa ser y estar en cualquier situación que se le presente, es decir, es un individuo que debe saber torear la vida… Así, la mejor universidad es la vida misma, pues el hombre que ande de arriba para abajo y un día carece de lo necesario hasta para comer y al día siguiente come en abundancia, será el individuo que sabrá cosas más importantes que las que se aprenden en cualquier centro universitario.
“Claro que no menosprecio a un tipo que se encierre en su castillo de marfil y que sepa mucho sobre una materia determinada —lo cual, indiscutiblemente, es un mérito—, pero también considero que nunca será una persona idónea para aconsejar acerca de problemas verdaderamente fundamentales como son los que surgen en el acontecer diario…”
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