Como era de esperarse...
El simio habló y habló fuerte. Uy, estoy que me cago del miedo nomás de leerlo.
¿Para qué discutimos si lo podemos arreglar a madrazos?
Déjate venir para acá, si eres tan cabrón, changuito, que acá te espera tu banana.
¿Para qué discutimos si lo podemos arreglar a madrazos?
Déjate venir para acá, si eres tan cabrón, changuito, que acá te espera tu banana.
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