lunes, septiembre 22, 2003

Esto no se acaba hasta que se acaba...

Por otra lista de correo me llegaron reacciones al texto de lo que no quieren las mujeres. Luego yo hice una reflexión al respecto que también envié.

De: othon lara
Fecha: Dom Sep 21, 2003 12:25 am


Interesantísimo, el ensayo Mujeres en busca de pareja.
Sintetiza argumentos que he escuchado en mi medio
profesional de mujeres con ese perfil.

Pero me gustaría por un momento cambiar la tortilla. ¿Existe
la mujer perfecta? Inteligente, bella, comprensiva,
abnegada, buena en la cama, independiente, etc, etc.

Desde luego que no. Si un hombre quiere encontrar una
mujer así está perdido de antemano. No queda más que
equilibrar defectos y virtudes, hacer un balance y al
final decidir si conviene mantener el contrato de
pareja, que por más que lo idealicemos no deja de ser
eso: un contrato social en el cual debe haber
conveniencia mutua.

Por lo demás, encuentro algunos esteretipos
en la reflexión que nos ocupa. Cada vez
más hombres asumen con naturalidad roles supuestamente
femeninos, más por necesidad productiva (se facilita a
la mujer encontrar trabajo, etc) que por
convencimiento.

Conozco ese tipo de mujeres inasibles, envidiables
como amigas, hermanas, compañeras de
trabajo, pero temibles como posible pareja, porque
finalmente uno tiene que apechugar. Desgraciadamente
las relaciones humanas son relaciones de poder, y la
equidad absoluta es una utopía.

Gracias.

OLK

De: Sid
Fecha: Dom Sep 21, 2003 7:17 pm


ZZZZZZZZZZZZZZ... aaaahhh, who suit, me cae: cuando desperté la vanalidad seguía ahí... y la borré, con el botoncito ese pequeño y frágil que sabe expresar sus emociones con chingos y chingos de chenchibilidá, como decía la abuela Alcaraz, y borrar la mierdita que de pronto satura el emilio y que dice (el botón): Eliminar. ¡Puta! Que buena sería la vida si todo se pudiera "eliminar" así de fácil, me cae, empezaríamos por aznar y terminariamos por el burro ese que tocó la flauta y no supo ni cómo, que para mas señas usa botas, sahagunes segunderas y reza en público, pasando por el idiota ese del petróleo, pero se aceptan nominaciones.

De: Guillermo
Fecha: Dom Sep 21, 2003 10:57 am


Estimado Othón:

En efecto, aunque el tono de ambos textos parece deambular entre la ligereza
y el escarnio inclemente, lo cierto es que encierra una problemática cada
vez más creciente y pierde de vista lo principal: ¿Quiénes son las que
educaron a esos hombres de los que se quejan esas mujeres? Unas mujeres
igual que ellas. En caso de que esas mujeres "guapas, cultas, triunfadoras"
tengan alguna vez hijos varones habría que ver, cuando crezcan, si esos
niños se pueden relacionar con otras mujeres con el grado "buena ondez" y
"compañerismo" que esas mujeres exigen y pregonan. Lástima que en 25 años
nadie se acuerde de esta polémica y que entonces estemos discutiendo la
pertinencia o no de abandonar este planeta para salvar a la especie.

¿Cómo pueden exigir esas mujeres que un hombre haga algo que no ha aprendido
a hacer y que nunca nadie le ha enseñado? A mí, por ejemplo, mi padre nunca
ha tenido un gesto cariñoso ni de ternura. Eso es, según él, de "jotos". Y
uno tiene que identificarse con quien se tiene que identificar. Para
reafirmar su identidad, el niño varón quiere ser como su padre, no como su
madre. (Y si se identifica con la madre ya sabemos las consecuencias). Esas
mujeres tan cultas y triunfadoras tendrían que leer más psicología, para
entenderse y entender más al sexo opuesto, no nada más "Los hombres son de
Marte y las mujeres son de Venus", o desvelarse viendo "Sex and the city"
(que es donde se concentran buena parte de los estereotipos que mencionas).

Y entonces conoces a una mujer que ha tenido la oportunidad (como
posiblemente no la tuvieron ni sus madres ni sus abuelas) de estudiar y
desarrollarse profesionalmente y te exige que "muestres tus sentimientos",
que "seas comprensivo", que "la escuches". ¿De dónde, si a mí lo que me
enseñaron fue a ser proveedor (trabajar como burro para apoquinar "el
gasto") y no "compañero" o "pareja"?

Pocos somos los hombres (me incluyo) que nos hemos dado cuenta de que nos
educaron para buscar un tipo de mujer que cada vez es más difícil de
encontrar. La gran mayoría sigue en la pendeja. Y hemos tenido que sufrir
las consecuencias: el rechazo, la incomprensión, el abandono y la
culpabilidad de sentir que no servimos para amar porque no entendemos qué
diablos es lo que quieren ese tipo de mujeres (que además son las más
interesantes, porque para coger nada más hasta una gallinita es buena y no
te hace sentir una piltrafa porque "no la comprendes").

Y entre darse cuenta de eso y cambiar para adaptarse a ese nuevo tipo de
mujer, se pueden pasar unos cuantos años, y entonces se encuentra uno con
que, si tiene suerte, ya solamente le resulta atractivo a las divorciadas, a
las madres solteras con tres hijos y a las casadas con afán de aventura.

Pero esto no se acaba hasta que se acaba...

Guillermo.