sábado, septiembre 06, 2003

De suenhos locos

Nada, que me acabo de levantar apenas. Ya comí y estoy a punto de irme a dar clases particulares de literatura, una chamba que me salió hace poquito. A las 5 en Echegaray. Así que apenas tengo tiempo de preparar mis cosas y contarles un pinche sueño bien loco que tuve hace un rato.

Estaba yo con otro cabrón y una chava (no sé quienes eran, la verdad) en la calle, sentados en una banca, platicando. Entonces se acercaron unos tipos malencarados. De inmediato nos dimos cuenta de sus intenciones y nos levantamos para irnos, sin hacer mucho pancho. Pero uno de ellos tomó a la muchacha de un brazo y trató de fajársela y besarla en la boca. El otro cuate se puso al brinco y yo me eché a correr. Cuando me di cuenta, esos cabrones habían invadido la calle, cerrado todos las posibles vías de escape, menos una: el edificio de la colonia Guerrero donde viví mi infancia. Entré corriendo y resulta que adentro había un restaurant muy finolis. Entonces me desperté porque escuché el teléfono. Contestó mi carnal Tino y quise retomar el sueño pero ya no pude. ¿Qué chingados hacía allí un restaurant? ¿Y qué tiene que ver con que me anduvieran persiguiendo unos pandilleros? ¿Quién era la chava (que aparte estaba buenísima, pero no era mi novia sino del otro tipo, que supongo que era mi cuate, pero no sé quién es)?