Sobre el ser escritor
Leo en un librito de V. S. Naipaul,
recién Premio Nobel de Literatura (Leer y escribir, Debate, 2002):
"La literatura es la suma de sus descubrimientos. Lo derivado puede resultar impresionante e inteligente. Puede dar placer y tendrá su cielo, corto o largo, pero siempre querremos volver a los fundadores. Lo que la final importa en la literatura, lo que siempre está ahí, es lo realmente bueno.
"Los que hemos llegado después somos simples derivados. Ya no podemos ser los primeros. Podemos aportar material nuevo, lejano, pero el programa que seguimos ya está trazado. Oímos el sonido del primer disparo de rifle que hubo en el mundo cuando volvemos la mirada hacia los fundadores. Fueron los primeros, y no lo sabían cuando empezaron, pero después sí lo saben y el descubrimiento les entusiasma. Ese entusiasmo se nos transmite, y surge así una fuerza irrepetible en la escritura".
Creo que en cuestión literaria hace mucho que llegamos al agotamiento de ese "programa" que iniciaron los fundadores. Las vanguardias de principios del XX fueron un intento por romper con ese programa y al final se incorporaron a él. Ahora todos somos modernistas y todos somos surrealistas, por ejemplo.
Estamos en un momento de replantear y cuestionar el programa, las formas de hacer literatura, pues el libro (como lo conocemos), la forma lineal de la lectura y del desarrollo de tramas, está en franca salida.
Por ejemplo: está cambiando la forma de leer de las personas. Esto tiene que ver no sólo con la educación en las escuelas sino con la influencia de la televisión, el cine, la prensa y la Internet. Muy pocos jóvenes actuales aguantan dos o tres horas sentados leyendo en soledad un libro de 300 páginas. Se les hace "muy lento".
El cableado cerebral de ellos ya está conectado de otra forma, debido a los estímulos de la tele y los videos musicales. La linealidad les agobia y aburre. Están acostumbrados a la fragmentariedad y a la velocidad, pero sobre todo a la satisfacción inmediata de sus deseos, sus necesidades y su curiosidad. Lo quieren todo y lo quieren ahorita, ya, ¿para qué esperar? Y si no me lo das ahorita, right now, lo que quiero, me voy con otro que sí melo dé. Y todo es tan fácil como usar el control remoto de la tele o el mouse de la computadora.
Ahora los poetas están en las agencias de publicidad. Los cuentistas son directores de comerciales o de videos musicales. Los novelistas son guionistas o directores de cine y televisión.
recién Premio Nobel de Literatura (Leer y escribir, Debate, 2002):
"La literatura es la suma de sus descubrimientos. Lo derivado puede resultar impresionante e inteligente. Puede dar placer y tendrá su cielo, corto o largo, pero siempre querremos volver a los fundadores. Lo que la final importa en la literatura, lo que siempre está ahí, es lo realmente bueno.
"Los que hemos llegado después somos simples derivados. Ya no podemos ser los primeros. Podemos aportar material nuevo, lejano, pero el programa que seguimos ya está trazado. Oímos el sonido del primer disparo de rifle que hubo en el mundo cuando volvemos la mirada hacia los fundadores. Fueron los primeros, y no lo sabían cuando empezaron, pero después sí lo saben y el descubrimiento les entusiasma. Ese entusiasmo se nos transmite, y surge así una fuerza irrepetible en la escritura".
Creo que en cuestión literaria hace mucho que llegamos al agotamiento de ese "programa" que iniciaron los fundadores. Las vanguardias de principios del XX fueron un intento por romper con ese programa y al final se incorporaron a él. Ahora todos somos modernistas y todos somos surrealistas, por ejemplo.
Estamos en un momento de replantear y cuestionar el programa, las formas de hacer literatura, pues el libro (como lo conocemos), la forma lineal de la lectura y del desarrollo de tramas, está en franca salida.
Por ejemplo: está cambiando la forma de leer de las personas. Esto tiene que ver no sólo con la educación en las escuelas sino con la influencia de la televisión, el cine, la prensa y la Internet. Muy pocos jóvenes actuales aguantan dos o tres horas sentados leyendo en soledad un libro de 300 páginas. Se les hace "muy lento".
El cableado cerebral de ellos ya está conectado de otra forma, debido a los estímulos de la tele y los videos musicales. La linealidad les agobia y aburre. Están acostumbrados a la fragmentariedad y a la velocidad, pero sobre todo a la satisfacción inmediata de sus deseos, sus necesidades y su curiosidad. Lo quieren todo y lo quieren ahorita, ya, ¿para qué esperar? Y si no me lo das ahorita, right now, lo que quiero, me voy con otro que sí melo dé. Y todo es tan fácil como usar el control remoto de la tele o el mouse de la computadora.
Ahora los poetas están en las agencias de publicidad. Los cuentistas son directores de comerciales o de videos musicales. Los novelistas son guionistas o directores de cine y televisión.
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